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Mostrando las entradas de mayo, 2009
El agua es pura, el lugar es simple, vasto, seguro. El hambre es saciada, la sed calmada. Piel hermosa, luz acariciandola, tiñendola. Colores que danzan, cielos que jamas se tiñen. Deliciosa lluvia, hermoso amanecer. Solo algo es verdaderamente extraño. Aire, no existe aqui.
Funeral, arboles agitados, cabelleras desordenadas, incomodidad de pensamientos. Inmensas dudas, premonición. Choques, roces, manos temblorosas, metal, carne. Lagrima y alimento. Bebidas vaporosas, emanaciones de alcohol, verdes copas en fuego interminable. Frio interior, fuego de odio que se aviva. Agua que no ahoga, que no calma. Ignorancia en papel de sabiduría, muerte en estúpidos disfraces de vida. Inmóviles idiotas, repitiendo una y otra vez sordas palabras, suave resplandor de metal, hirviente rojo vistiendo extremidades, sonidos guturales, imágenes deformadas, infinitos espacios.
Nada que decir, inútilmente me hablas. Si quisiera escucharte, vestiría mis oídos. No recuerdo tu nombre, menos tu voz, desaparece de mi vista. No he vivido desde mi nacimiento, no recuerdo un momento de felicidad, no recuerdo nada del día en que fui arrastrado aquí. No recuerdo, y está bien. De la nada a esta parte, no puedo conseguir una sonrisa para ti, quizá, no merezca esto, pero se me ha dado. No hubo deseo, no, no podía hacerlo, no era más que una idea. Cuanto odio, el alba asoma y me lacera con su luz, déjame en la noche, déjame con el paisaje de mis parpados cerrados. Rodeado de lamentables vidas, buscando la felicidad en el dolor de los demás, consumiendo todo lo que se les ofrece, inútiles vidas, entiendan por una vez. Cansado de ser el que despierta, cansado de no entender esta inútil espera, me ocultare tras mis sombra, y allí mi quedare.
Recorriendo un interminable sendero, un deseo afanoso por el descanso. La saciedad del llegar. No descanses, no hay parajes para ese propósito, cada paso, aviva un poco más el fuego. Recostado el cuerpo, el verde césped que adorna, se transformara en filosas dagas, desangrándote en soledad. Herido, cansado, completamente abatido, aun así, debes continuar el camino, enloquece ansiosa sed, sed de llegar a casa. Manos detrás de la espalda, debatiéndote entre cielo e infierno, pensamientos malvados, debilidad. Todo lo que quieres, lo que odias, todo al costado de tu camino. Religión, blasfemias, rezos, resignación, perdón y piedad. Todo se mezcla, nada es como se presenta. Aves que atacan tu cuerpo, pasan frente a ti y luego, luego caen en ardiente tierra y mueren. Odias el momento, promesas de volver, el temor produce engaños, tu mente no percibe. Débil paso ya, fuego que arde en el pasado, Océanos de lagrimas, sangre, tu sudor. Cielo que se quiebra ante tu dolor. Luz, nunca más. Manos en