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Mostrando las entradas de julio, 2009
Recuerdo, en un último adiós, que he borrado el pasado, que lo he ahogado en este constante presente, en el siempre inminente futuro. Ahogado en un mar de realidad que nos asesina, infestada, infectada, tomada por alimañas, inmundas criaturas, criaturas míticas renacen en estos lares, todas ellas, todas, sedientas de sangre. En la muerte, reinan, en la muerte se reúnen, bañándose en sangre. Bajo una gran roca de incontables años, un rostro indescriptible, imposible de mirar a lo que fueren sus ojos. Morirías si miras aquellos ojos, fuego han sido, alguna vez. Qué significado tiene esto? Aquí, donde el error, muta en muerte. Es lo que trato de recordar? Nada queda. Ultimo adiós, y ya he olvidado, y así dejo mi carne en las fauces de las bestias.
He visto el deceso, fue sueño o premonición? entre los últimos temblores del miedo, mente y cuerpo se desploman, extenuados. Concilio el sueño. El miedo mece el lugar de mi descanso quizá, el haya influenciado mi sueño. El más profundo de los temores, me ha consumido. Desagradable tristeza, sentir que se llora, mas no derramar lágrimas, gritar hasta la afonía, y jamás ser escuchado. Ser atravesado por cuerpos en movimiento, no soy visible, no soy tangible. Y ahí, me veo yacer, inmóvil e inexpresivo. Piensa un momento antes de lanzarme a la locura, estoy entendiendo. He muerto, alguien susurra a mi lado, ya es tiempo, debo abandonar el cuarto, mas este, está repleto de personas. Veo lágrimas, algunas expresiones que denotan dolor, otras de indiferencia, y suficientes de alegría maliciosa, que hacen aquí? Nadie ha sido invitado a mi hogar. Alejándome hacia donde la luz es más fuerte, nadie me ve deslizarme, prefieren verme en aquel lugar de mi descanso, qué tristeza profunda siento hoy.
Has conocido el fruto, ya tienes los sabores. Todo te sabía igual, nada era satisfacción. Has cambiado la nada, aquella en la que inmerso vivías, por la obscuridad de lo conocido, por la pena de este mundo. Descubres la fragilidad del tiempo, deseas llorar al ver aquel pasado andar, todo es tan profundo, tan vacío, es tarde, tu alma se ha secado de lágrimas. Demasiadas cicatrices demasiados lamentos, esta luna no se ha teñido este sol no se ha apagado. Se ha manchado la tierra, ha despertado en desolación. Los senderos que transites enfermaran tu alma. Olvidas las palabras caes y miras hacia el cielo caes en garras de la tristeza caes y entiendes que es la vida quien te ha entregado.
Destino, cumbres rocas, ramas secas. Restos de cadáveres en los caminos, elevación. No divisar un final. Tierra frontal. Y azul, techo. Senderos, desechos. Sientes? Descuido, y estarás lejos de aquí. Marcas tu camino. Estas aves devoran tus rocas, no regreso, no final. Ves? Sientes? Nacido hace millones de años. Y es joven. Aun vive. Cansancio, agotado, descansas. Rocas, o qué?. No interesa. Profundo descanso. Sueño, sudor. Pesadilla devora sueño. Despertar y caminar. Allí, donde se acaba la tierra. Todo es cielo. Sentado, entre verdes emanaciones de la tierra. Dale tu mano, y escucha su historia. Déjate dormir. Tal como lo hacías como eras niño. Renacerás. Niño.
Que el fuego no se apague, no sin haber abrazado a un frio corazón. No escapes si las fieras se desprenden de sus cadenas, pues no podrás volver, entre miedo y lágrimas, olvidaras marcar tu camino de regreso. Perdida en bosques de lagrimas, donde los animales son extraños, allí donde el verde es reemplazado por negros, grises y rojos. Rocío de sangre, viejos arboles con huellas en sus troncos, huellas que fueron desesperados alaridos de ayuda. Si, fueron aquellos que perdieron su camino. Entonces, no escapes, no corras. Enfrenta a las fieras, y quédate.