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Mostrando las entradas de febrero, 2010
La vida castigando a su vástago traidor. Amas la muerte y todo lo que representa. Has traicionado a la vida, tu castigo, tu sufrimiento, será el crecer. Todos será una carga para ti. El dolor ajeno, las penas, todo se volverá contra ti. El dolor del mundo, TU lo absorberás. Eres el hijo traidor, no mereces pena ni piedad. Solo desearas más la llegada de tu amada muerte. Alivio final. No te esfuerces por tu felicidad, no existe para ti. Es una venganza. Los intentos de salvarte serán inútiles. Estas condenado a la espera.
Ayúdame, a nacer otra vez. Limpiar los sentimientos, borrar pensamientos. Ayúdame, así podre perdonar. Dame una habitación, sin puertas ni ventanas sin vida, sin luz, quizá así olvide. Ayúdame y así perdonare. Miradas extrañas. Gritan irreconocibles voces , que callen de una vez. Se es extraño cuando se piensa demasiado. Ayúdame a nacer y perdonare. Ayúdame a volver. A ver. Una última mirada, luego te daré la espalda y me marchare.
Florecer, jamás capturado por el ojo, lo novedoso, aquello que produce sensaciones inexplicables, esta allí, en ese momento. Mente ajena, luego pertenecerá a tu ser. Recuerda el desahogo. La venida de un amigo de pocos años. Que es el tiempo para ti? Una palabra más que no entiendes. Añoras una luz real, el frio, el verde, el azul. Imaginabas más que esto, te amo, pero he muerto en mi nacimiento, he prolongado mi estado, cuando llegue el verdadero final, habré estado siempre allí.