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Mostrando las entradas de mayo, 2010
Rodeado de tantas personas, pero todo es tan vacio. Espacio gobernado por materiales, vacio profundo. Ecos de risas y músicas alegres, oídos sordos, el corazón llora. Abre los ojos día tras día, contradice, tú nunca has despertado. Alimento que no sabe, agua que no sacia esta sed. Labios muertos, sin memoria. Besar? Arena, desierto. Alma gime, corazón en pedazos. Inmerso en este momento, que no tiene significado alguno. Sordo, insensible, flotar, verse andar, pero se es ajeno a esos pasos. Fantasmagórico estado, el cuerpo reside aquí o ha viajado a otro lugar? (tan vacio, tan triste, vacio)
Tristeza en maneras de hablar, transmitir el dolor, lagrimas en palabras, el vacio en la voz. Lagrimas reales para voces que se esfuman, risas en irreconocibles rostros, golpes de mi mano para aquellos que no reconocen el secreto del canto. Guitarra acompaña llorosa voz, un dúo de penas, corazones ingratos dolores pasados y presentes, todo en restos de tiempo que se irán. Fantasmas, tiempo, olvidados, quien perciba, sentirá la tristeza del lugar. Luego música, por siempre, llorando, durante siglos en el mismo lugar.
Imaginar que reducirse a sueños nunca nos dañara. Caminar otra vida, la que ocultamos a la maldita realidad (la sin sentido) Todo en nuestras manos, hasta que los huesos devoren la carne. El fantasma de aquella extremidad, seremos lo que quede de nuestros pensamientos. Era aquel un sueño, desaparece, desaparezco con él, dolor, más que el causado por el mundo real. Nada ha quedado bajo mi poder. Sentimiento de pisar la nada, Cuerpo despedazado. Respirar, hiere mi interior. Parpados sellados. Precavido debería haber sido, oídos cerrados. Vida que se va en sueños, aquellos donde la libertad me pertenecía. Vivir en sueños, y en ellos he dejado lo que me torna real. Parte he de ellos, afanosamente, deseo ser, los quiero aquí. No más, ya no mas despertar, no extraño la luz en mis ojos. No extraño aquello que siempre me fue ajeno, en los mantos de una obscuridad absoluta, te encuentro, y me tomas una vez mas, y recuerdo porque he de vivir siempre en sueños.
Ódiame, por estas palabras. Inmerso en la química estoy, como estas tú? Borrosos puntos de vista, alterados. No busques en mis palabras, aliento y fuerza. Mi cuerpo no mantiene su postura. Y desea caer. Dame un poco más de dolor, aun mientras caigo. Ódiame, y me sentiré amado. No soy ciego, mis ojos no reflejan este mundo. Escapando en mínimas partes, no estoy ciego, veo demasiado. No intentes mostrarme nada de tu mundo, no puedo verlo. Las promesas se rompen, todo es tan frágil, mi mente lo es. Dame un poco más de dolor, aun mientras caigo. Ódiame, y me sentiré amado. Dormir es tan solo lo que quiero, oigo voces, brazos que me sofocan. Sueños? Fantasmas de algún pasado. Se presentan, quieren ser recordados. No busques recuerdos en mí, los he enterrado. Que es lo que quieres, mi tiempo es vacio, mi alma , mi corazón. Estoy aquí, pero ya he partido.
En sueños, forzados, finalizar lo que no ha comenzado. Baja tu mirada obscuros atardeceres. Risas, burla de la luz. Abandonados en las sombras. Las más amadas de las horas. Almas negras amando sombras. Amanecemos en obscuridad, la oculta, la que nos lleva como cómplices. No dejes que las serpientes te abracen corre como un niño ahogado en su terror. Estamos obligados, a finalizar lo que hemos forjado en sueños, vistes de gala, más no hay festejos. Aquí, tras el muro gris, en paredes de madera, viejas marcas, caras de desesperación, tristeza; no entiendo restos de una vieja locura. La vieja locura de la vida.
Puertas, demasiadas, abrumadoras visiones detrás, en cada una de ellas. Rasguños, gritos, ahogados aullidos, todo se desvanece en la espesa obscuridad, brilla el sol sin embargo, la obscuridad es la de esa infectada alma. Latidos, golpes a tu espalda, veloz, las estelas de sus movimientos aun permanecen, tocas y se desvanece. Está jugando, se divierte, el más cruel de los verdugos, ríe y se divierte cual niño en un carnaval. diabólico carnaval. Sediento de tu sangre, roza tu piel, lame sus dedos luego, huele tu cabello, gime después. Sutil y bello corte en tu muslo, lamiendo eróticamente el filo de su daga. Al final un grito que quiebra cualquier alma, es tu sangre, avanzando por su garganta, llenando su cuerpo, completándolo. Suspiro, sientes como su daga corta el viciado aire del lugar, una última vez, mirar hacia el bosque, su daga, su destino, tu sangre su premio.
Eres tu, rostro deformado por los viejos cristales de aquella añeja ventana. Te veo, lejos, cerca, puedo verte. Camino por este, tu prado, mientras por la ventana que muestra la. realidad, me ves. Ademán de abrirla, mas permanece cerrada, instinto de correr, mas estas inmóvil. Giro por estos verdes lugares, y descansar es inútil, no hasta que regrese mi felicidad. Esa que se ha ido, despojándome de la sonrisa. El abandono ya se ha vuelto normal para mi, todo se aleja, nada quiero aquí, no derramare siquiera una lágrima, ni por ti, ni por nada, ni nadie. Es una manera de sentirse mas libre, en un mundo de meras ilusiones de libertad, es una manera de despedirme, sin que me extrañes, como si nunca hubiera nacido en realidad.
Absorto en la frialdad de la habitación en penumbra, ahogado en cansancio, descansar no esta en los planes, pequeñas luces que llegan y desaparecen. Vista que recorre un cielo que no existe, manos que no ven aquellos ojos, el recuerdo de lo que no ha sucedido, el llanto de un futuro que ya ha muerto. En un cuerpo que no es el mismo, en el lugar que no existe, aquellas personas, de barro cocidas, se derriten ante un sol que se ha ido. No hay luna ni sol, las nubes han caído, aves despedazadas por todo el lugar, descalzo, camina, sobre picos de muertas aves, logran hacerlos sangrar. Alucinaciones, escondido en la penumbra, acurrucado en un rincón, como si la salvación estuviera allí, no, no mi amigo, no.