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Mostrando las entradas de diciembre, 2011
Rocas, bajo de ellas, el deseo de volver a caminar, bajo de ellas el ejemplo del final húmeda tierra, gusanos y alimañas. Con el despertar del día, duermen los deseos, con el despertar del día se destruyen los sueños, con el maldito día, se quiebra el cuerpo y vuelve a caer. La embriaguez del sueño, el olvido, todo se ve destruido. Apareces aquí otra vez, no puedo alcanzarte con mortales brazos, he de necesitar escapar de aquí. Que recorras así mi cabeza, es casi una tortura, el pensar en un mañana, hace mis dientes crujir y a mis ojos llorar. He olvidado como dejar todo atrás, como enterrar, bajo esta piedra, aquel pasado. Un pasado que duda de su existencia, una pasado que duerme aquí, en un presente infeliz, maldito pasado que vuelves a mí, deberías haber muerto, pero vuelves cada amanecer, estúpido amanecer, que te llevas lo único que he de apreciar, mi sueño, y el olvido que solo en el, consigo.
Tiempo golpeando en los parpados enrojecidos, cada vez que el sueño llega, golpes, robar un minuto de sueño, para allí encontrarte, imposible ha de ser. Es que necesito de ti, para liberarme, tanto, tanto tiempo, sin poder descansar, esperas en sueños, escapas en la vida, necesito el regalo de dormir profundamente, así, entonces poder hallarte. No creo en seres superiores, que regalen sus dones a seres inferiores como he yo de ser, el último de los excrementos del mundo. Necesito soñar, volver a mis mentiras, a mis falsos recuerdos. Maldito correr del tiempo, aun aquí, desgastado, por ti, por no creer en nada, he de creer en algún tipo de ángel?, he de hacerlo para mantener aquella vela en llamas?, mis brazos y solo yo, solo aire entre ellos. Sin sueño, sin mi mentiras que son mi verdad, mi vida,  estúpido ser, viviendo de inútiles  sueños, desperdicio. En esta caja, he de permanecer, cuanto más, cuanto más. Velo
Aullidos de un moribundo y helado viento, choque de luces contra mantos negros, dolores de una herida que no sangra, pero que existe, y crece. Tiempo, mala palabra si es fuera de contexto utilizada, sin temor al látigo del amo, sin temor a lo que suceda, detrás del muro ocultas tus huesos, das de beber a lo que tu cuerpo sostiene. Extraño, la evolución de un poético corazón, cambiando a medida que los azotes ordenen, creando rocas de lo fueran gotas de agua, pensando, ha sido un ejército?, un paredón?, un fusilamiento? Nada más, paso apurado y desconsiderado del amo, siempre viviendo en sueños, esa obscuridad, que consigo trae mundos especiales, mundos devastados. La duda de lo que es la realidad, de lo que es la imaginación. Real, como la sangre escapando a borbotones. Escapando del cuerpo. Cautiva sangre. Es que mi alma se ha ido?, me abandonara?, el camino de regreso, ya ha desaparecido, el último aliento de tu
Violento despertar, bruscamente, se evaporan lo embriagadores vapores del sueño. Sabanas húmedas, vestigios de la fiebre nocturna que cobardemente toma mis sueños transformándolos en horribles pesadillas. Aun sensible al arduo día que espera, cruzan por la habitación los primeros ladrones de la noche, ojos cerrados por tan cegadora luz, recuerdos en la obscuridad de los parpados caídos. Dando vueltas en mi cabeza han quedado vestigios de un pequeño sueño, marcas, antes de que la fiebre lo aplastara, duele volver a él, estabas llevando mi ser, hacia donde?, solo sabrá el fantasma que habita en las noches. El descanso no llega, llegas tú, mis sueños sembrados de tu imagen. Sumergido en la insoportable realidad, jamás, jamás, apareces en mí. Solo siento como te alejas, aun más. Algo ha de haber cambiado, algo, ha salido bien, o quizás,  demasiado mal, no logras ver la diferencia. Bueno o malo, algo difiere en este despertar.
08-12-1943 James Douglas Morrison El poeta mas grande del Rock
He visto el deceso, fue sueño o premonición? entre los últimos temblores del miedo, mente y cuerpo se desploman extenuados. Concilio el sueño. El miedo mece el lugar de mi descanso quizá, el haya influenciado mi sueño. El más profundo de los temores, me he consumido. Desagradable tristeza, sentir que se llora, mas no derramar lágrimas, gritar hasta la afonía, y jamás ser escuchado. Ser atravesado por cuerpos en movimiento, no soy visible, no soy tangible. Y ahí, me veo yacer, inmóvil e inexpresivo. Piensa un momento antes de lanzarme a la locura, estoy entendiendo. He muerto, alguien susurra a mi lado, ya es tiempo, debo abandonar el cuarto, mas este, está repleto de personas. Veo lágrimas, algunas expresiones que denotan dolor, otras de indiferencia, y suficientes de alegría maliciosa, que hacen aquí? Nadie ha sido invitado a mi hogar. Alejándome hacia donde la luz es más fuerte, nadie me ve deslizarme, prefieren