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Mostrando las entradas de marzo, 2012
Noche, extraña, agazapada, a la espera de un descuido, asomada entre los arbustos, esperando el pequeño descuido. Mientras tanto, el humo se mezcla con la neblina, lagrimas que ruedan, bajo una débil lluvia, que sin embargo parece firme, firme e inquebrantable Como un animal, da vueltas y vueltas en su mente, recorre cada lugar, en los que ha venerado semejante belleza en los que han dejado una marca aquellos sentimientos. Va y viene, recuerda, olvida, mas cuando eso es casi imposible. Allí, en cada cerrar de ojos, en cada nota de aquella obra musical, que amabas tu, y que ella aborrecía. En la confrontación, algo bello aparecía, aquello era la conciliación. Recuerda, un fuego que se alejaba, recuerda, quien fue el culpable de esta distancia que hoy, se cubre bajo tus sabanas. Cada mañana espera con su triste ausencia, el sueño se despide con lagrimas, la duda lo recibe con una sonrisa, si quizá hubieses
Patear las viejas convicciones, descartar la absorbente rutina. Rutina y convicciones, cual garrapatas en un canino, chupando nuestra sangre, nuestra vida, acostado, no darse cuenta de nada, pero escuchando de costado, como se mueve, aquí a mi lado, el ánima de la felicidad. Es un anima, si, es intangible, existe, y no es, jamás he tocado su piel, jamás he abrazado las sensaciones. No he sentido tu respiración, ni he bebido de tu elixir. No existes entonces. El resto, lo que chupa vida, lo que quita, esta aquí, aprisionando mi cabeza con viejas almohadas, siempre al punto de robar el privilegio del aire, del respirar, allí, con precisión exacta, abandona la presión y deja explotar en bocanadas. He de escaparme de tu obscuridad, puede cortarse, es espesa, y hasta huele, la luz no se anima, debo rogar para que solo un rayo ilumine mi despertar, algo bueno ha de haber, así, al menos no he de contemplar el reflejo inmundo d