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Mostrando las entradas de junio, 2012
Si tu, en tu infinita indiferencia, pudieras darme refugio allí entre tus brazos, si me dieras las caricias de tus cabellos, hermosas sedas en lucha constante contra el viento. Entre tus suaves caricias, dormiría a tus pies, sin dolor, sin temor, bajo tus mantos envuelto en tu aroma, el frio no alcanza la carne, la tibieza de tu roce. Todo es ilusión, el frio corta mi piel, las caricias son puñales, el temor se ha apoderado de mi lecho, el dolor, juega sobre mi pecho. Has desaparecido, como si nunca hubieras nacido, como si nunca hubiese yo, vivido. Es que aun la suerte esta de mi lado? En lo vasto de este universo, podre verte una vez más? Mi memoria me engaña, eres real?, soy real? Dudo de mi existencia, de esta realidad, de este sueño. No existo, el infierno del incorpóreo, el deseo por el tacto, por rozar tu piel, la pena por no sentir el roce, me ahogo en esa pena, dejo este lugar, sin saber
Cuantas veces, has golpeado aquella puerta? Demasiadas para el mortal, tan pocas para ti. Trae consigo una bolsa de género, su color delata su antigüedad, trae dentro, algo que tú conoces, es tu pasado, el que afanosamente deseabas olvidar. Golpea otra vez la vieja puerta, cae en cenizas, un sucio piso donde descarga todas aquellas vidas pasadas. En tu mente, escapas, tu cuerpo se queda aquí, buscas cubrir tus ojos, mas tus manos ya no pueden hacerlo. Solo resta ver, ver y sentir, es tu pasada vida, desparramada en el inmundo piso. Tu eres esas vidas, eres ese pasado, eres todo. Tu presente existe por él, y tú, que querías abandonarlo por siempre. Eres pasado, no lloras tu errores, no quiebra tu cuerpo el remordimiento, solo eres espectador de aquello. Lagrimas que ya no mojan, aire que se torna esquivo, calor que desaparece, una imagen y un deseo luchando por alcanzarte. No puedes, dejarle una lagrima
Si ha de ser cierto, pues, espera, si no crees, se tornara aun, mas fuerte, tanto así, que lograra doblegar tu alma, entonces creerás. Quizá esperes abrazado a un sueño, quizá demasiado tiempo, el demonio que habita en nuestras fantasías, el maldito tiempo, el no duerme, aguarda, no se detiene, no le duele esperar. Abrazado a un sueño, tan débil, que debes dormirte en tus propios sueños, para evitar que ese rostro se deforme. Tu no controlas su llegada, eso, solo sucede. En soledad, empujado, quizá, por otras manos, no aquellas que esperas, empujado, a la obscuridad profunda, mientras el sol, enfurecido, alumbra los caminos, tu solo ves una noche sin fin. Cuando llegaras? Es que esta espera se torna insoportable, ahogándome en sueños, y dejando que el viento amigo del tiempo, arrase con mi frágil cuerpo. Te ruego, ven. No dejes que el tiempo me lleve antes de tu llegada. Quizá, no falte demasiado, podría decir