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Mostrando las entradas de noviembre, 2012
Recuerdo fugaz de aquellas llamas que alguna vez me rescataron de un asolador invierno, cuando ya solo creía que la desolación y un frio vivir era todo lo que existía. Llamas que se han extinguido, olvide su lento proceso, el que yo había iniciado, mi mente vagaba por otros mundos, y mi cuerpo, casi sin vida, allí, entre brazos que iban escapándose sigilosamente. Encerrado, mis ojos no desean abrirse hoy, descansan en la obscuridad, tus brazos han escapado, el castigo es claro y el frio se cierne sobre mi otra vez. Una prisión, construida por mi egoísmo, una realidad que me aprisiona, un mundo en mi mente que me libera, abro un instante mis ojos, no ven nada más que espacios en blanco, que dañan, que muestran la irrefutable verdad, escucho a lo lejos una palabra, un puñal. Habitaciones vacías, sueños que se desvanecen en un interminable blanco, mientras me encuentro solo aquí, ya no hay fuego, me ahogo en un f
Bajo recuerdos de noches traicioneras, bajo la represalia de los espíritus que la habitan, gritos de dolor que no estallan en el aire, lagrimas que no escapan, el látigo de la verdad despedazando frágil carne. La obscuridad que los mantenía a resguardo, la noche que los acunaba, la misma que los traiciona, la misma que hoy los devora, engaño que en tu cuerpo es dolor, ya no importa dejarse caer. Que las aves que la habitan se alimenten de llorosos ojos, de un corazón que ya está destrozado, que esos seres sin figura jueguen con un alma desgarrada.
Correr, tanto tiempo corriendo, escapando, ojos desorbitados, roja sangre hirviendo subiendo por nuestro cuello. Mirando hacia atrás, solo un instante, convencerte que te has alejado, mas el ruido de las cadenas aun es ensordecedor. El frio en la espalda, la sorpresa desagradable, inevitable garra en el cuello. Cuando el aire sostiene, la tierra abandona tus pasos, el cielo colisiona en tus ojos, abriéndote, la tierra lo absorbe. Testigo del fuego que crece. El cielo desciende, el fuego se eleva, y un aire que se vuelve enemigo, las sombras en tu cabeza, olvídate de las sombras que viven en tu cabeza. Abre esa puerta, que la obscuridad desaparezca, deberías estar preparado, pero nunca creíste que llegaría. La historia era verdadera. La oportunidad a escapado y ríe.
Escribir sin pensar en el tiempo, no reconocer las reglas impuestas por el cruel verdugo, olvidar nacimientos, maduración, envejecimiento y una inevitable muerte. Olvidar, lo material, los sentimientos, dejar lejos todo lo que nos ata. Todo. Que el tiempo no tenga importancia, que no exista relación entre una línea y la siguiente, que se confunda el espacio, confundir el tiempo. El protagonista, transmuta en antagonista, el inicio, el nudo, el final, se mezclan, se tornan borrosos, sin embargo, los finales existen, no se vuelve hacia atrás. Déjame que maneje tu figura, que te dibuje con palabras, que tu boca diga lo que escribo, hoy tus movimientos son dueños del titiritero. Que convierta tu ayer, en hoy, que tu futuro sea aún más incierto, poder borrar el pasado, un presente sin memoria es lo que necesitamos. Sin saber hacia dónde vamos, aunque, adormecida, la maldita conciencia lo sabe, incinero mi pasado en un instan
Eran bellos aquellos ojos, era tan hipnótico tu mirar, bajo tu dominio, me encontraba, imposible abandonar esa mirada. En tus ojos moría, y renacía interminablemente. Solo obscuridad, es lo que veo frente a mí, estos dominios son obscuros, temo, caigo libremente dentro de las fauces de esta negrura, no encuentro el poder de aquellos ojos. Donde estabas cuando la noche se metía en mi cama? En que pensabas cuando ahogamos nuestras penas, y todo nuestro odio? En que soñabas, cuando despierta te movías a la luz del amanecer, celoso, yo, por esa luz que abrazaba tu cuerpo desnudo. Nos revela nuestros defectos, aceptamos eso, somos animales, somos imperfectos en nuestros sentimientos, no entiendo aun, el significado completo de la palabra “amor”. Está bien si he de apartarme, será lo que deba ser, hare lo que deba, o mejor aún, lo que quiera, aun así, nubes se ciernan sobre mi cabeza, importa mi ser? Frente a ti, nada importa.