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Mostrando las entradas de noviembre, 2013

Tarde Noche

Paseaba la tarde, no por otro lado que no fuera la cercanía de la noche llevando en su regazo a los amantes que comenzaban a arder bajo luces aun frías que en tontos intentos buscan apagar la noche. Caminaba, pues, ignorando su repetitiva condición, así, el manto de la noche asfixiaba esos últimos momentos de luz la sangre de una tarde, que tiñe los cielos, que muere, que se apaga. Reina de los malditos, reina de los placeres, algunos tan obscuros, otros no tanto, la esperada noche, la hermosa obscuridad que nos oculta, y nos entiende. Madre de todo lo pecaminoso, madre también de algunas mentiras blancas, hermosa noche, llena de extraños seres, ruidos, y lugares que no son visibles a la luz del día. Hermosa esta noche, cerrada, sin luna, algunas piras encienden los locos en las colinas, pero lejos se encuentran los sacrificios, caen lobos a la ciudad devoran las pequeñas almas que duermen, has de permanecer

Retratos(I)

Con la música correcta tus rasgos plasmados en esa fotografía recobran la luz vuelve el alegre movimiento de tu rostro. Imaginar, ver, esa sonrisa, ese juego perverso de tus ojos, penetra profundo en mi, devorando todo lo que pinta de negro mi alma, arrancando la pesadez que trae consigo la rutina. Olvido que soy parte de este lugar. Vuelo lejos, ojos muy cerrados, te imagino con mas fuerza, solo fotografías, mas instantes de vida, que el tiempo se llevara también. Pero aquí, duran un momento más, luego de que te hayas llevado todo, quedara la imagen en la retina. Mas allá, aun no lo sé, solo dame el tiempo que creas necesario, y... recoge aquella foto que escondí, conoces la perfecta melodía que rompía mi corazón, la música que me sacaba de aquí, deja que inunde el   lugar, mi rostro sabrá, la correcta melodía, entonces... susurrare cantando, el secreto en tu oído.

Reflejos(II)

Malestar matutino rememoro entre dolorosa luz cenizas del ave que ha muerto hace tanto tiempo atrás. Malestar matutino, mientras brazos luminosos cortan mi piel, trajo esta mañana a mí, el recuerdo de aquella vez, de aquel momento, que ha muerto? que nunca fue? Es difícil entender la filosofía del tiempo. Partes de mi que creía muertas, partes de mi que jamás demostraron ser reales, sin embargo, lo fueron. La ceniza, el pasado, vuelve todo, vuelve y me intoxica, me desarma. Inútil es pelear contra las imágenes, duelen mas mis ojos al recorrer la habitación, este lugar en medio de tantas cajas de cemento, solo movimientos del cuerpo y tocar el frio cemento con mis pies, quizá el sentido, borre estas imágenes ahora pegadas en mi mente, en mi habitación. Fantasmas donde no los hubo antes, moldeadas figuras donde jamás paso tu cuerpo, hueco en el viejo colchón, de ese lado, que jamás se utilizo, el reflejo en el es

Leyendas

Cueva habitada por la más profunda obscuridad, leyendas que golpean las caras de los fascinados y horrorizados oyentes, añoso rostro relator de aquellas leyendas. Revolcándose por dentro a carcajadas, sabiendo que lo que lleva a otros oídos, no es del todo verdad, sus facciones al relatar, no se inmutan, incluso cambian a facciones que dan temor, y otras, repulsión. Inmerso en sus propias historias, inyectándose el interés de los demás, mediante medias mentiras, medias verdades. Su alimento es el temor de los demás, y el recuerdo de aquellas partes las cuales han sucedido. Caminando por su vieja calle, su memoria falla, pero sus pies parecen moverse por sí solos, vieja calle, vieja y conocida. Callejón obscuro, giro, y hogar. Adentrándose en su cueva, allí, los esperan los demonios de sus cuentos, los fantasmas de su pasado, la amedrentadora voz que lo arranca de su seño, alejándose en ahogada risa, sabiendo que

CXI

Amarte, y no necesitar nada más. Sentir en mi cuerpo como fluye roja sangre. No hemos venido para perecer en soledad. No hemos imaginado la soledad como nuestra eterna compañía. Deseamos alguien en quien derramar nuestros fracasos, quien nos aliente, quien apague el fuego helado de la soledad. Solo por eso, debemos obligarnos a amar. Para sostenernos unos a otros. Dejare fluir mi sangre, te alejare de mí, recordare con dolor. Nada sentirá mi cuerpo esta vez. Podre dejarte ir y abrazar la soledad una vez más.