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Mostrando las entradas de septiembre, 2015

Tiempo 2118

Las entrañas del tiempo, la obscuridad de su interior, de su exterior, una sombra absorbiéndolo todo, marchitándolo todo. Rózame con tus ramas espinosas y secas, consume lo que tenga este cuerpo, consúmelo todo, dame el privilegio de irme antes. Ya levantar la mirada es un peso que supera cualquier proeza, levantar la mirada… y el vacío, no más. Levantar la mirada y ver el infinito desolador arrasado, ¿el futuro es lo que veo? ¿fuego y animales en llamas? ¿almas en piras eternas? Tristeza, pena, no sé, el sentimiento no se parece a nada, solo ese sabor a nada, el feroz ataque del desgano hacia todo lo que ofreces, lo que te llevas. Tu cuerpo se dibuja, una fina línea, tus cabellos pegados en tu frente, puedo verlos, tus ojos vacíos, me quiebran hasta los huesos. En qué momento tomaste el desvío, en qué momento mi mano se cansó de mi cuerpo, veo las nubes y no tienen formas para mí, la pesad

Cuento 1612

Cuento 1612 A veces, la persona, se acomoda (o incomoda), y cree que piensa. A menudo, esa mente, solo permanece en blanco. Desde afuera, se mira con admiración, pero en realidad, existe una gran pena. Los que lo conocemos, también creemos una mentira, ya que es más fácil de aceptar que una cruda realidad (¿o no es así?), sobre ella nos desarrollamos, sobre ella vivimos, o algo parecido. Él es nuestro “oráculo”, y las palabras que emiten su boca, a veces calma a la gran locura. Esa que amenaza, esa que sobrevuela su ser. Sin embargo, él se equivoca, nosotros también. Pero siempre, lo dejamos pasar. Todos sabíamos de la mentira, pero después de tanto tiempo, la mentira muta a verdad, y pinta así, nuestra realidad con sus colores un tanto enfermizos. Un poco irreales. Nos sumergimos en ese paisaje, nos bautizamos en él, lo recorremos, lo odiamos, lo queremos. Cuando a veces la obscuridad se adueña del cuarto, escucho voces, y entre ellas, su voz, en ella puedes

Sueña (1405)

Sueña, si es solo lo que bien sabes hacer, tiembla cuando el sueño sea invadido, cuando las serpientes acaricien tu piel, cuando ásperas lenguas abracen tus ojos. Este mundo no es el mismo en tu pecho se demora el demonio de los sueños, los sueños febriles, todo movimiento se apaga, serpientes anidan en tu boca beben de tus ojos. Caen desde los cielos de fuego imágenes que te acompañaran tu alma, despavorida, huye. Quedas hueco y aislado, mece tu cama la mano que sofoca, sueña, si es lo que debes hacer. Duérmete, si los demonios se han propuesto desmembrarte, descansa, si no eres empujado al infierno, cerrados tus ojos no te protegerán. Ocultas en las sombras se encuentran tus peores pesadillas. Duerme si es que aun puedes, duerme si tu carne no arde en la hoguera, tu alma se ha ido tu corazón es roca, y tus ojos… ven más allá, y sabes que el despertar ya no es para ti, una opción. E.I. http://

1555

1555 De qué modo lograr tu abrazo, tu simpatía, tu que nos tirado como semillas en esta infértil tierra, en este desierto con sus oasis de huesos y sangre. De qué modo lograr tu toque de suerte, ser parte de tu pensamiento, gota de tu sangre, lagrima en tus ojos. Lograr que vuelvas tu mirada, yo, ya lo he hecho, luego de este tiempo, en que solo mi espalda te he dado. Ser quien hunde tu pecho en cada respiración, espantando así, esos demonios de horas nocturnas, que anidan en él. Moverse y estar inmóvil, respirar a tu ritmo caer cuando caes existir si puedes lograrlo desaparecer si no “eres”. Puedo deshacer lo andado, abolir el pasado borrar mi marcas y morir sin dejar rastro. Sin lugar, sin polvo, sin voces en el que fuera mi lugar, alma desmembrada por el viento, despedazada por las míticas aves. Puedo irme cuando lo pidas, irme si no vienes, y si así fuera, es que nunca he estado aquí. E

Cuento 1557

I Despertar. Simple. ¿Es “realmente” simple? A veces, lo cuestiono. Abrir un ojo, los dos, eso es simple, pero despertar…no creo que lo sea, al menos, no tenemos consciencia de lo azaroso que es, de lo complicado que puede llegar a ser, permítame corregirme sobre el segundo; creo que todo es azar. El despertar, es como la ruleta rusa. Nunca se sabe cuándo tocara el orificio cargado. Nunca se sabe, si el mañana estará ahí, de pie, esperando en nuestra puerta, en nuestra ventana. Nunca hay certeza. Quizá, quien venga hoy a levantarme del hermoso y placentero sueño, no sea el día, no sea el sol, quizá, sea la dama de blanco, o de negro. Y el sueño se perpetuara por los siglos. Y luego, una vez arrancado del colchón que me sostiene y llevado a ese lugar, que me contiene, que me “guarda”. Un lugar para que los domingos soleados, alguna gente, si es que ha quedado alguien, adorne con flores, y moje un poco el colchón de césped, así, para que luego  por encima nuestro pasen la

Mutando

Purpuras, violetas, grises, negros, resacas de algo que fuere color piel. Ojos blancos, dormidos, perdidos. Secreciones. Espectador, nauseabundo, petrificado. Roca. Sol muerto. Aves de paz, metamorfosis, aves de rapiña, devorando ojos, aves negras. Apagado el último vestigio de luz, colores, aun, más obscuros. Ave negra en el borde de una amplia ventana, recorre el cuarto. La nada. Fuego de vela y eso es todo. En disimulado movimiento llega al borde de la cama. Corto vuelo y sus alas acarician aquello que una vez piel fuere. Devora blandos ojos. Consigue, antes de ser alimento, una última mirada del lugar, del paisaje. Se ha devorado el ave negra, tu visión y tu alma. Ave de negras plumas y brillosos ojos, devora todo, pero no entiende, es su única razón. En siniestro vuelo, huye por la ventana. En renegado aleteo, irregular, cae. Ave negra, tierra, criaturas alrededor. Agonizante final, para ambos. Si aquellos ag