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Mostrando las entradas de abril, 2016

M 27042016:13.33

Cerca tan cerca tan cerca tanto que abro tu piel y descanso en tu interior. Cerca tanto que ni siquiera puedo tocarte tan cerca tan dentro de ti que nada puedo ver pues tu cuerpo me encierra. Encerrado, atrapado, el animal muere en su bosque, en las entrañas de su bosque. No busco escapar, busco quedarme cerca, pero poder verte, así solo tu reflejo puedo ver. Y no es bueno para mí, tras tus ojos no quiero estar. Ya no soy he dejado a un lado la existencia, he dejado de llevarme el aire he dejado de ocupar los lugares me he llevado la existencia lejos de la realidad. Cerca, cerca tanto, que no soy yo, y no se ya, que soy, que seré, tan cerca, que te he perdido.

Dia

Enfermo despertar, el indeseable día, otra vez, aquí, metido en mi habitación en mis sabanas, espantando a mi bella noche, amante sin condiciones, inundas mi cuarto con tu luz y muestras cada defecto, cada grieta, cada partícula de polvo flotando allí cerca de la ventana. Parpados pegados, abrirlos se convierte en algo tortuoso, allí va el momento, tu calor me expulsa el golpe, el frio piso, y en esa mezcla mis ojos son tuyos ya, para que muestres lo que desees. El grito ahuyenta a las aves reunidas en mi ventana, hilo de sangre, un costado helado, un costado muerto, el ser, que no es, aun no del todo, nacer cada día, lo borra todo y todo, duele un poco más. El sonido no llega, y sé que no lo hará, arrastrándome ya por el camino, pierdo mis fuerzas, olvido el porqué, y el día, presiona sobre mi cabeza, y me aplasta. Nada llega, las imágenes mienten, bella obscuridad mía ¿dónde

Ser

Fue, es, una pesadilla, quizá por eso todo es tan claro, la verdad es una bofetada que despierta agua fría que abre los ojos, todas esas almas fatigadas, algunas cercenadas, y los cuerpos han quedad huecos sin destino sin final. Abrazados por la pena por los recuerdos de lo que fueron de lo que jamás serán, ahora, solo carne, huesos y piel. Y no tocar tu piel, y no ver tu alma, y la mía ahora espantada, siempre queriendo tentarla, tu agua, no está, te has secado, mis manos, no están, el cuervo en tu hombro las ha devorado, y los famélicos demonios emergen de los ríos para terminar lo que comenzaron. Vacío, ahogado en la inmensidad de tus ojos, salvación que solo es una palabra, tu na has venido ¿es que siquiera existes? ¿sueños amigos, enemigos? ¿mi ángel o mi paciente demonio? Mira hacia abajo, desganado, y no hay cielo, arriba solo llamas, tarde para lágrimas, tarde para mezclar nue

Ojos (v)

Fría caricia del pasado, se presenta aquí hoy presente pronto pasado, se acerca despojada de vergüenzas libre. El lugar no existe, queda solo el reflejo en tu profunda mirada, profunda e inquietante mirada. La carne tiembla el cuerpo se estremece por completo esa caricia, podría y será mortal, llega desde lejos buscando, solo por ti. Un rostro que se transforma ángel demonio, y la tierra, que nada sabe de ti, solo el fuego puede saber de lo que haces. Escondida tras una tristeza de cristal, empapando los hombros de tus victimas con acidas lágrimas, así llegas. Fría caricia luego, un beso de despedida, aun, cuando estas llegando, una caricia más, una sonrisa, y luego la obscuridad el silencio, y el reflejo en tus ojos. E.I. http://poesiasoscuras.blogspot.com.ar

Duerme

Repetidas noches en vela, noches que no se repiten, el insomnio se revela y ya no se va, se acuesta y se levanta cada vez que tú lo haces. Ya no sueñas como antes las noches son latigazos en tus ojos, sales de tu lecho para arrojarte en el viejo sillón, amarilla luz dando vida al hermoso libro, aun así, tu lectura profunda no puede llevarte como en otrora a la tierra de los sueños. Temblando vas por la calle que lleva a lúgubre lugar, juntos los brazos para que el temblor no sea tan visible, ahora, solo queda la espera, y el regresar. Vuelves por tu sueño, rezas para esta noche, dormir, abres tus brazos a la noche, abres tus brazos, cierras tus ojos, un dulce movimiento de ojos parece decir que te iras de aquí. Más engañado eres, solo una bofetada del insomnio y otra vez la noche es día, y no puedes volver a tu hogar el que se construye en los sueños, la espera es insoportable. De alguna ma

Que dejarte

Que dejarte Prosa o poesía. Musica o monotonía. Rima, o los acontecimientos, reales u inventados, y eso que se imagina tiene algo de real, algo de tierra, algo de aquí, algo terrenal, algo. Siempre. Puedo imaginar cosas que jamas se te ocurrirían, ni en tus pesadillas mas febriles, hirvientes pesadillas, en donde hasta la piel pesa, acalora. Te incinera. Quisieras arrancar tu piel, que la carne sienta este pútrido aire que corre, que se empape de sudor, el que en las sabanas dejas, pero no. Ni siquiera en ese estado, podrias imaginar lo que yo. Y quizá, quizá, también allí, se encuentre una pizca de realidad, pasada por alto, infima, pero allí esta, arruinándolo todo. Prosa o poesía. Que debería escribir quien quiera tocar tu alma, besar tu corazón. ¿Deberian ser hermosas rimas, llenas de colores, enlazadas musicalmente por terminaciones que saben a comienzos? O solo debería ser prosa, un cuento, un relato, la rutina de una persona, de algo, el pasar de un dia tor

Nacer (III)

                                   Espesa llanura hasta llegar allí, casi puedo tocarla tan cerca, más nunca tan alejada. Curiosa luz, que se deja ver, las formas aquí ahora saben la salida, la entrada a otro lugar. Siento los latidos mientras corro hacia la luz, solo puedo caer y romper en llanto al ser atrapado por tanta luz. El camino me espera, tal como soy, y tan maldito como mi arribo. Ansiaba la salida ansiaba el color, un extraño, nada más, y mucho menos, esquivando tus flechas, escondiéndome de tus demonios aquí, solo, cierro los ojos, y busco algo allí, en mi obscuridad. El viento contra el cuerpo, jamás a favor, los golpes asestados, terrible y angustioso dolor, colores que borras, lugares que desaparecen bajo tu capricho bajo tu codo. Me reflejas en tus aguas, me arrojas figuras de un futuro en llamas, vestido de odio, no puedo hacer otra cosa que maldecir y gritar, y ahoga

Loco

El Loco, o no, sí señor, en mayúsculas, porque este Loco, no se hace, y aquí aplica la gastada frase, “locos los otros”. Él sabe, él lo descubrió, solo, absolutamente solo, el vio la verdad frente a sus ojos, esa que siempre se muestra, pero nadie desea ver, el vio todo, y más, mucho más, y callo, su boca se cerró, para siempre. El, sentado en su trono de piedras, piedras blancas, tan blancas que el brillo del sol daña los ojos, y lo único para protegerse de su brillo, para no quedar ciego por esos destellos (que aun nadie sabe si son del Loco o de las piedras), es apretar violentamente los parpados y mover la cabeza hacia abajo, de lo contrario, quizá, esto tampoco nadie lo sabe, el brillo, te haga ver la verdad. Su trono de piedras, algunas filosas, que se clavan en su cuerpo, siendo ya parte de él, se clavan en su espalda, brazos y piernas, la blancura de las piedras se ve manchada por roja sangre que se arrastra lentamente por entre ellas, sangre que el Loco, pierde, pero