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Mostrando las entradas de mayo, 2016

Otro

Otro hombre, otra presencia, otro ser con o sin vida, da igual, existir, estar. El sueño que toma por sorpresa, el mundo del que dependo cae encerrado en mis lágrimas. En mis bolsillos recuerdos, en mis manos recuerdos, y en esta tierra hogar. La esperanza, agotada, pues la mano que me levantara se ha marchado. En abrazo y palabra me uno a ella y en danza frenética desaparecemos. Frías ropas húmedas ropas no cubren ya mi cuerpo dejo allí junto a ellas, la última huella el ultimo dibujo en la tierra y no escribo en ella “adiós”, pues jamás estuve aquí. E.I. http://poesiasoscuras.blogspot.com.ar

Carta encontrada

Carta encontrada, en otro tiempo, en algún lugar. “Completamente ido de aquí, no se nota la presencia del espacio ni del tiempo ya, inmerso en vapores que poco a poco van cubriendo mi ser. Irritable ser. Nadie es perfecto, en este mundo de imperfecciones. Nadie puede ser completamente bueno, todo el tiempo, es utópico, es imposible, somos fallas, y por lo tanto debemos fallar, equivocarnos, luego… aprender algo de ello, pero nos tomaría más de una vida completarnos, ser mejores seres, buscar algo parecido a la perfección, o intentar alcanzar el Nirvana, están quienes buscan la perfección en sus palabras, sus ideas; otros buscan la perfección de sus cuerpos; mientras que un menor grupo busca elevarse como Buda, alcanzar el Nirvana, a través del dolor, de las fallas, las privaciones,  y como consecuencia de esa elevación terminar con el sufrimiento. Buscan iluminarse, y poder luego compartir ese logro. Entonces, nada de eso será posible, somos seres finitos, tenemos una

Momentos

De cómo nace el viento, de cómo nace y muere el día, nadie puede decir palabra alguna, sucede y en el medio, justo allí, nos movemos, ignorantes y sabios, vivos o ya casi muertos. Prometes sol, mas las grises y pesadas nubes se niegan a moverse de allí, del cielo, de los ojos, cesa el viento, pues el ama esas nubes, la luz hoy es enterrada antes de su tiempo. No veas demasiado, no más allá de tu mano, no hundas tu mirada en otra, no abras los ojos si lo que quieres es obscuridad. No hables, si no deseas que griten la verdad. Nada esta prometido, y el momento es lo único que existe, reniegas a eso, más así juegan con nosotros los titiriteros, adentro, no tu carne, no tus huesos, adentro, todo se destroza, te desmoronas, la pena que no puede escapar, y tus sentidos se encargan de traer más aun, de encerrarla allí, adentro. Abrazado a tus rodillas, gimiendo, el momento, ni atrás, ni ad

Un ave

La vida como quieras tú, llamarla, para mi es este sueño, inmerso en una inmensa noche infinita como lo es el horizonte, como lo es el vasto mar. Me reconforta, me cubre me oculta, me conoce muestra mi rostro lo conoce, con mis propios ojos, también todo lo ve. Envuelve mi cuerpo, me muestra lo oculto, lo que otros no ven los que otros no quieren ver, abrazado a ella iluminado por tímidas luces siempre allí, siempre allí. Paz tranquilidad, descanso. Todo se ve destrozado por una negra ave que se destruye en mi almohada de cristal, me arranca del placer, se roba mi sueño, mi noche. Todo me daña, es la realidad, esta ave, puedo verla, sus partes se deslizan por mi ventana. Me engaña, me acerca me envenena, sus colores me inquietan, me lleva con ella. ¿Quién eres ave? ¿eres alguien, o algo? me tienes contigo, te socorro, te sano, me tienes contigo. Bella ave obscuros tus colo
La imagen que recorre mi espalda, que se divide hacia mis piernas, erizada la piel, los nervios quiebran, los ojos se hunden y los parpados los cubren, con fuerza aprietas tu mandíbula, crujen los dientes por tanta presión, duelen las sienes, transpiras como nunca antes lo habías hecho, frio, calor. Tembloroso movimiento de manos, elevándose hacia la cabeza, elevándose hacia el cielo, en el camino, se cruzan con tus lágrimas y las llevan hacia donde ellas vayan. La fuerza decide abandonarte y dejarte caer, tus piernas se quiebran a la altura de tus rodillas, y allí está el gris y rugoso cemento, esperando por el golpe, esperando por detener tu caída, lastimándote, es el precio. Caes. Tus rodillas se destrozan en el cemento, rebotas y tu cuerpo cae completo sobre él, un abrazo apasionado, un beso al frio cemento, tus huesos rotos algunos, cortado desde la frente hasta la punta de los pies. Allí, tirado, quebrado, desangrándote, y asoma un tímido sol, nadie te ve, nadie te bu

Las hay

El tinte de tus ojos se corre son tus falsas lagrimas tan obligadas, tan falsas que ni siquiera mojan tu cara, desaparecen antes de aparecer. El profundo de tus ojos ahoga, otrora confortable descanso de mi mirar, todo se torna un infierno si vuelvo en ellos a reposar. Guardabas tus pequeños seres, despreciables seres que llevas dentro, el tiempo los gesto, tus mentiras, tus crueles movimientos alimentaron lo despreciable de tu alma de tu paso de tu despreciable ser. Ya la noche no puede ocultar tu verdad eres como siempre lo fuiste todos pueden verte, y caminas, como si a todos desde arriba los vieras, eres un alma mal formada un demonio mal formado el mismísimo dueño del infierno escupiría tu cara. Tu piel a caído la desnudez, te avergüenza, nos avergüenza y nos descompone a nosotros que aún podemos ver. Ya ningún oído te oye. tus horribles mentiras tu ordenes de juguete son más tierra en el

Soñador-Momento

  Soñadores nunca aprenderán nunca, nunca. Soñadores, líneas blancas líneas negras líneas del no retorno, no verán nunca jamás aprenderán. El extranjero desde lejos afuera lo veo, su cara dibuja odio, pena, dolor, envidia. Soñadores, otros seres, en algún lugar que los diurnos no conocen, soñadores, la verdad abierta de par en par lo saben, su cuerpo no es su SER, son otra cosa, no son huesos, no son carne. En el aire, por allí, soñando hasta el fin de los mundos, allí, no viven, no perecen, están allí, sin embargo, están allí. Y tú que los envidias, los odias, les temes también, ellos saben, y tú los ves secarse, encorvarse, desvanecerse, soñadores, quiero yo ser parte de ellos, quizá lo sea, pero aun puedo ver mi cuerpo, aun puedo sentir el peso de mis huesos de mi carne, soñador, quiero dejarlo atrás, y me dirijo entonces a tu montaña, al precipicio, sin horizonte s

Lobo

Detrás de mascaras de hierro y odio destruimos nuestros cuerpos detrás de ellas sangre y lágrimas, detrás de ellas nada más que seres que no saben la realidad de la existencia. En tu mente solo muerte, visto y muerto luego, no hables pues tus labios están sellados. Veo tu llegada el fuego se ve desde lejos el humo cuerpos en la hoguera su olor hasta aquí llega mucho antes que ti. Cordero y lobo, sé que eres el lobo sin embargo, aquí sentado espero, como siempre. Salvaje, desgarras partes de mi cuerpo espantas mi alma, ¿será eso tu amor? si lo es, lo quiero pues no obtengo de ti otra cosa, dame dolor, dame muerte, bebe mi sangre, tienta mi alma. No terminas tu tarea, te vas, mas antes lames mis heridas y creo que el lobo se ha ido, pasan los días caen las hojas, cae la blanca nieve, y fuego, sé que vienes, se lo que viene, llegas, te acercas, mi cuerpo es tuyo, mi sangre, m

Lluvia

Tarde de lluvia intensa, incansable, densa, son apenas las tres de la tarde, y la noche, reniega de los relojes y sus números, y se abalanza sobre el día y reniega a irse de aquí. Que puedo decir, estos días son los más bellos de todos los días, me gusta ese “encierro obligado”, aunque las conversaciones inoportunas obligan a decir siempre lo mismo “que horrible día”, y un largo etc. Hoy me encuentra tras el vidrio de mi habitación, pero cuando estos días me encuentran fuera, por allí, no importa donde, nunca falta la persona que sobra, la que te corta el sueño con la inútil afirmación de lo molesto de la lluvia, o el frio o lo que sea, información inútil, pues la estoy viviendo al igual que él o ella. Conversaciones que solo sirven para romper un incómodo silencio, que debería seguir intacto, silencio, por favor, no corte mis pensamientos. Eso debería responder, pero, la educación es un pilar importante, y le respondo, y sigo su inútil y nada informativa conversación. Mientr

Cadenas

Mientras la tormenta se avecina, los rostros ya deformados contra los fríos vidrios que dan hacia ella, esperando el espectáculo, horrorizados, la ferocidad del viento alimentándose de viejos árboles, ausencia de piedad en él. El corazón, jaula hirviente alma ahogada silla que tiembla, cada trueno cala hasta los huesos, las mentes enloquecen, las sogas marcan ya los cuellos. Ojos ensangrentados, hinchados, venas que se muestran, todo pende de un sedoso y débil hilo todas estas vidas, pendiendo de él, fuego, ríos enloquecidos, feroz el agua, un cielo, reflejando los mares. Tu alma y dos monedas, la vida y dos monedas, se hunde la daga furiosa, bañada en fuego, en tu corazón, por siempre, hasta el fin, el fin. Libre albedrio, ese, con el que se nos ha bendecido, nada más que una simple elección blanco o negro, fuego o hielo eterno, respirar o no, la mentira de tu vida el error del milagro, naces

Contradicciones

El frio, el fuego, juntos, una combinación que no debería de ser, no debería ni siquiera imaginarse más de la mano se acercan, hermanados, sin rumbo, sin inicio, sin fin. Placer y dolor opuestos y no tanto, también se acercan de la mano, abrazados, siempre el placer trae consigo partes de dolor. Contradicciones que seriamos sin ellas que sería de la mente siempre inquieta sus ideas chocando entre si y algo resultara de eso. La razón siempre flotando sobre nuestros sueños, siempre buscando engañarlos y arrancarnos de la embriaguez que ellos producen. El soñador, recibe el calor, y el frio, placer y dolor, no puede notar que en cenizas terminara su sueño, y el placer será de ella, el dolor tuyo, el final, al final, sucede, y el mañana solo fue una falsa promesa. E.I. poesiasoscuras.blogspot.com.ar

Jardines

¿Cuán extraños somos? el humano, el ser, individual o no, el alma, el cuerpo, no son uno, no, podría dibujarte un mapa sobre mí. Has de dar vida otras las has de robar, odias la tuya, solo por eso deberías morir, ascenso, descenso, tierra, cielo, aquí. Abre tus manos, hacia el fin del día, abre tus brazos, para reposar en su seno, te cuidaran, hasta el infinito y más. Jardines, rojas flores, negras, espinas sangre, caminos de carne putrefacta, jardines de muerte, lluvias de lágrimas y más sangre, y las lágrimas, y las lágrimas. Truenos desgarradores gritos, no hay luz en los rayos, solo obscuridad, aquí, el todo, es la nada absoluta. No hay vida para dar, nada ya, nada para quitar, acepto entonces tus brazos, y paseare contigo eternamente por tus jardines. E.I. http://poesiasoscuras.blogspot.com.ar