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Mostrando las entradas de marzo, 2020

Nada como casa

Viajó un día, pues quería el conocer, admirar, disfrutar en ese lugar, que cada día, hacia sus sentidos, mezclarse y estallar, erigió su cuerpo indescifrable, sus súbditos se lanzaron todos contra el piso, muchos sufrieron sus pisadas, otros, agradecían, no haber sido alcanzados por su pie, en la suma, al final del día, (si es que había día, y había final) era un poco menos de dolor. Embistió las infinitas rocas de fuego, y comenzó su viaje. Aquí, el lugar del resto de tu vida, mostrándose de par en par, este mundo quiere seducirlo, a él, sí, no bromeo, no, su música, sus más obscuros rincones, los locos reinando sobre montañas de basura y huesos, niños con cadenas, arrastrando piedras y troncos, el hombre contra el hombre, derrumban, incendian sus Iglesias, ya rezamos poco y nada, vociferaba un cartel colgado en los pies del ahorcado, caminó, sus ojos se llenaron de lágrimas de fuego, golpeaba su pecho, era parte de su labor, lograr esto que ocurría

Ocho

Alienado, sangro estas horas, estos días, no sabía que el ruido, era yo. Cansados mis huesos, los de mis manos de tanto y tanto escarbar, de a las paredes golpear no hay soluciones allí, solo sangre y dolor de la carne. Quiero escribirte, pero nada aparece, o aparece y se va, riéndose de mí, tengo miedo, de que vuelva y se vaya, otra vez, paso a paso y los demonios sueltos ya han olfateado mi hedor, corro, caigo, ruedo, me lastimo, mis manos, mis piernas, mis ojos, alma, corazón, cuerpo, un recuerdo se me queda olvidado, lloro, lloro por su destino, demonios devenidos en seres de ocho patas, corriéndome, babeándose, son invisibles, no los veo aquí. Busco mi recuerdo tuyo, a mi corazón de cuando era ignorante, ese impoluto corazón, el calor me quema, mi cabeza se incendia, mi recuerdo me engaña, fue carnada, seres malditos, están por arriba mío, tarde es, caen sobre mí, el calor es insoportable, me vuelvo llamas, huelo mi carne arder, mi

Desierto, fria noche

Nada es como lo ves, cuando las llamas evaporan las pequeñas nubes sobre tu cabeza, todo es una broma, una, de mal gusto, las atrocidades le causan gracia, de su boca se resbalan trozos de algo que fue musculo vital, carcajadas se escapan, yacen cuerpos desparramados por todo el desierto de tu amor, vasto y mortal desierto, alienados, perfección, maldición, en tronos de cadenas y huesos, almohadones de podrida carne, almas, escarabajos, pequeños demonios, hasta Abbadón que anidaba por ahí, escapa, pateando huesos, lleno de ira, pues has robado su cueva, ya no quieren permanecer allí, pues saben, son inmortales, pero, si los besas, el desierto los reclamara, la broma ya no es broma, y esos cuerpos desagradables y perecederos giran en el viento de tu desierto, gritas, llamando carne virgen, otra vez ataca el hambre, otra vez, la sed, y se, que es mi jaula, la siguiente en abrirse, pensé rápidamente en el principio de

Vacio

Vacío Bebo hasta saciarme de este vacío jarrón, aun así, pesa, demasiado, estamos en la tierra en donde los muertos flotan y nos cantan dulces canciones, a veces a la multitud a veces a mí, o a ti, aquí donde la nada, debería saber a fresca agua, romper los jarrones, romperlos todos, preguntas se derraman y corren, ¿he dormido todo este tiempo? ¿Quién, por mí, ha vivido? ¿es esta una vida ajena? ¿Qué es este cuerpo que me mueve hoy? ¿no soy yo, donde estoy? ¿tu respirabas mientras moría? ¿despertabas mientras dormía? No soy este de aquí, no lo soy, agua donde demonios estas, me arrojaste al infierno y nada me has dicho, es este el lugar en donde las lanzas no liberan, de eso, seguro puedo estar, veo tu figura, sé que no vienes a calmar mi miedo, sé que vienes por algo, que parece vida, quizás te lleves al equivocado, no estoy aquí, no está pasando, quizá mañana despierte de un mordisco a un limón para senti

Así, con alevosía

Así, con alevosía Con grises y espesas nubes a tu espalda desde allí podrás verme en la profundidad, aun baila mi pecho aun arden mis ojos, no hay de qué hablar ya no tengo voz, me la has quitado, desde esta luz tímida puedo ver tus facciones, ríes, ¿no deberías al menos una lagrima derramar? al menos, para celebrar tu victoria, siento ya la humedad de la tierra perforar mis pulmones, poco veo, solo a ti, el sol se ha cansado de esperar, la estupidez también, quizá, deseaba estar aquí, y deje que tus brazos me ayudaran, he sido un cobarde, ahora, no sé que soy, mientras se enamoran de mi cuerpo los gusanos que gobiernan el lugar, y ya eres borrosa imagen, siento el sonido de tu risa, y el eco de este lugar me engaña, tal como lo has hecho tú, ve con los de tu logia, ve y ríe, no te olvides por favor, de taparme, pues esta noche, hará mucho frio. https://poesiasoscuras.blogspot.com/

Raros peces

Creías que llovía, pues húmeda, la tierra bajo tus pies, se expandía, creías que había agua de lluvia, y saladas gotas de ojos sin fondo. Creías que podías dar vuelta una hoja, y borrar con el codo, creías que la ruta de migajas que has dejado atraerían a la presa, creías con fuerza, que mis rodillas besarían el excremento que tu boca deja escapar, cada vez y cada vez que hablas (flota plomo entre ellas), intentas utilizar difíciles palabras, antiguas y vestidas de viejo camisón, con vela y gótico candelabro, es lo que haces, y lo haces mal. Disculpa, pero, no puedes, no conoces, tu ignorancia te desnuda, tu desprecio a las palabras que intentan cobijarte, nunca dejaran que tus sonidos sean comida para el hambriento, tus oraciones, serán solo basura, de la ya podrida basura. Peligrosa es, tu belleza, cualquiera que cerca de ti camine, puede terminar, de hecho, sucede, cegado por tremenda luz, pero, hablas, deseo arrancar de cuajo mis oídos, mis

Ojos y garras

Rojo cuero, piel de animal, el jardín más bello, dimensiones infinitas, te apoyas en su hombro, calmas su alma, su cuerpo, lo excitas, “todo estará bien”, húmedo susurro, regresar, el más verde de los pastos dañando por espesa sangre, aun pertenezco a los ignorantes que desconocen lo que la violencia y la maldad significan, lo que en realidad significan, y el rojo continúa tapando el infinito verde. Mientras tu boca secas con tu inmunda mano, me besas, manos, cuerpo, mi boca, se mezcla tu sangre con la del animal, vuelves a posar tu lengua en mis oídos, en mi boca, vuelvo a clamarme, otro lugar. Tengo sed esta noche, desnuda, me llamas y agua hay sobre ti, beber solo es mi deseo, te alejas, demasiado, aúllas que me arrodille si he de querer beber, lo hago, y tu desnudez, ya no lo es, vistes carne roja de animal, aún me torturas con tu agua, te acercas, me calmas, ríes, tu boca gotea sangre, rompes los cantaros de agua, lloro por eso, por tu

Saltos

No, no, no, no arrancas esa vida tuya, no, no, no, la leyenda dice, tu alma perderás, en limbo eterno, donde el tiempo se vuelve inofensivo, vagaras, o en algún circulo que alguien dibujo, permanecerás repitiendo tu camino, no, no, no, cuida lo que no ves, tonto mono pensante, utiliza eso para regresar, criatura complicada parida para crear, y también destruir, sobre todo, destruir, es parte, todo es parte, eres el intermedio, no, no, no, no tomes la vía de los acantilados, tampoco la de grises polvos y cascos de metal, no, no, no, es inmortal dicen, esta en los libros, lo dice aquel que asoma a lo lejos, desde la ventana, predica desde una distancia prudente, no, no y no, vuelve, sé que agobiado estas, duele la carne, el corazón, ya nada importa, sangre en tus ojos, miras, no me escuchas, paciente has sido, al abrazo de las rocas te lanzas, nos lanzamos, quien contara la historia, quien dará cuenta de eso que los libros predican es realmen

Caminaba, ahora me arrastro.

Agotado al extremo de enceguecer, agotado, tan agotado que deseo, ya no respirar, ¿puedes ayudarme?, ¿oh Dios puedes ayudarme?, sé que de una parte hacia ahora me he olvidado de tus lecturas sagradas, de visitarte en Tú casa, de creer. Mi fe se ahogó en mi última muerte, ¿puedes ayudarme tú, mortal que me ves revolcarme en esta agonía? Ya no puedo soportar esta dura pelea, furioso obscuro mar, duelen tus embestidas, te escapas, y castigas ferozmente, en mi contra, la luna que no alumbra, se oculta tras obscuras nubes, solo un halo de claridad, y mientras, muero otra vez, sin su luz, ni siquiera podre aprender de mi derrota. Me presiona esta vida el pecho, allí el centro, donde casi se encuentra el corazón, sangrante musculo, brillante y hermoso para los poetas. Estoy cansado, respirar me agota y duele, ver cómo te ocultas de mí, cómo te ríes de esta, mi vida, mi desgracia, ya no soporto la lucha, seré un cobard