HABLAR SIN NOMBRAR Que desecho que vengo, desecho y agotado, respirar es lo único que puedo hacer, las fuerzas me abandonaron en la última esquina, esa que llaman “la de las noches eternas”, al menos fue un buen lugar para dejarlas, y olvidarlas. Sigo y no me caigo, me falta poco y sé que me faltás vos, pero vio, así es la vida, un palazo tras otro, ahí, donde siempre duele. Que puedo decirte a vos, si ya las viviste a todas, que puedo contarte que sea nuevo para vos, no me lo imagino, y acordate que mis fuerzas, andan rodando en la noche. No sé bien para que fui, si ahora estoy volviendo, si ahora, estoy de vuelta, me fui para olvidarte y me olvido, todo lo contrario, encima, vuelvo apaleado, mojado y cansado, no sé si tengo la hora exacta o si aún tengo un alma, ay almita, ay mi alma, como puedo andar así, vacío y lleno de dudas. Un dolor semejante no se cuenta, pero a veces se lo escribe, dicen los que saben (y son todos menos yo), que si tiras toda la pena y e