Dejar la sensación de correr
esquivar el roce de tu seda
se que la fuente está secándose,
el agua que corre,
congelándose,
la calma del mar
acabándose,
la chispa que ilumina,
enciende la mecha de la locura.
No despierto, pues no deseo verme aquí,
no deseo, pues ya casi he muerto,
camino, pero por dentro me arrastro,
escribo con mi sangre,
aquello que nunca dije,
entierro luego,
lo callado con mi cuerpo.
¿Te duele algo y no es tu cuerpo?
¿Has visto algo y no existe?
El llanto que nace del vacío,
obscuridad y la nada,
he fallado una vez más.
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Comentarios
Unos versos que no dejan indiferentes al lector.
Saludos