Fue la madrugada con más y calor y humedad que recuerde, fue la noche anterior un derroche de energía y sentimientos, un derroche de imaginación, deseos y artes ocultas, se mostraron esas partes que tenemos, pero ocultamos o ni siquiera sabemos que están allí. Nuestros deseos más locos, nuestros demonios internos, ocultos atrás de algún pensamiento, o de algo. La tarde no fue poco menos, solo que durante esa luz que se iba volviendo más tenue, más temerosa, siendo empujada par la obscura y espesa noche, no se veían nuestros reflejos, reflejos que iban y venían a placer. Pasaba la tarde entre vientos y pequeñas lloviznas, pasaba lentamente, pero pasaba. La sed en esa soleada tarde era inmensa, saciarla no era tarea fácil, ni siquiera lo fue durante la mañana, pero aún hablo de la tarde, aún recorremos esas calles, de la noche me he guardado casi todo, pues solo ella sabe, y en ella queda. Mientras las almas, las miradas y los sueños se chocan, y en ese mismo lugar también se
Poesias, prosas, relatos, canciones, pero de las otras.