Un minuto mas

Un minuto más


No observa el paisaje,
no lo transita
solo lo ocupa
no está inmóvil
el tiempo lo empuja
un gesto despreciable
risas, detrás de ti, un pasado sin recuerdos,
un futuro presente que se derrite.

Cuida tu alma
es débil,
veras en ambos costados de tu camino
pequeños demonios
quieren amamantarse de tu alma
frágil alma.

Algunos escapan
al oler tu corazón ya muerto
el latido sin sentido,
se ha liberado,
desecho, destrozado.

Las aves,
no son tus compañeras,
son las Arpías(*) de otros tiempos,
que han venido a por ti,
te abrazas a ellas,
las besas,
beben tus sueños,
tus ganas,
aladas, con ellas subes,
no caes,
aun así, el vuelo no es siempre hacia arriba,
sigues el eterno beso,
y ya nada queda dentro de ti.

Alguien que todo lo ve
suele decir
que en sufrimiento
y solo en el
vio tu sonrisa.

E.I.
poesiasoscuras.blogspot.com.ar

(*)En la mitología griega, las Harpías o Arpías (en griego antiguo Άρπυια Harpyia, ‘que vuela y saquea’) eran inicialmente seres con apariencia de hermosas mujeres aladas, cuyo cometido principal era hacer cumplir el castigo impuesto por Zeus a Fineo: valiéndose de su capacidad de volar, robaban continuamente la comida de aquél antes de que pudiera tomarla. Esto las llevó a pelear contra los Argonautas.

En tradiciones posteriores fueron transformadas en genios maléficos con cuerpo de ave de rapiña, horrendo rostro de mujer, orejas de oso y afiladas garras, que llevaban consigo tempestades, pestes e infortunio. Esta es la forma que acabó por imponerse y que ha pervivido hasta la actualidad

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