Un cuento que es puro cuento
Había comenzado a imaginar algo, un cuento a lo mejor,
mientras leía tu corazón, inmerso ahí, esas palabras tuyas, tengo que confesar
que sentí un poco de envidia, al leerte, la facilidad con que acomodas las
palabras una tras otra logrando la combinación perfecta, el párrafo perfecto,
generando esas sensaciones que describes, magistralmente rompes barreras,
quiebras nuestras mentes (la mía al menos), con estas pirámides de palabras,
que no caen, como los naipes. Sentado vuelo, quieto no estoy, ni siquiera
existo, puedo imaginarme tu voz, contando ese cuento que leo.
Pensaba en mi propio cuento, y bueno, no lo escribí a
tiempo y me olvide, tengo por ahí, pantallazos, golpes de palabras en mi cabeza
dura, pero ya no es lo mismo, si tenia algo de esencia, ha desaparecido.
Creo que hablaba de alguien que no veía lo que había que
ver, y no de contrera, si no, de puro volado que era nomas, escribir
significaba todo, leer, música, y volver a escribir, pues allí estaba su mundo
ideal, sus pesadillas más terroríficas y perfectas, el miedo, era MIEDO, y
cuando reía, REIA.
El viva ahí, pero respiraba en otra parte, aquí, en la
tierra, en este mundo que ya anda con bastón, gracias a nosotros, su corazón y
su alma (¿?) vivan allí, en papel y tinta, mientras que la carne, se la pasaba
en algún lugar remoto de este mundo. Remoto y aburrido dice. Si, porque a
veces, esos trozos de cuento me hablan al oído, mientras duermo, pues quieren
vivir un poco, y después recostarse en alguna pila de cuentos, poemas, y alguna
factura de luz, revista, y algún que otro papel.
Horas oscuras vengo pasando, yo, no el, pero es ahí cuando
me hablan y golpean la cabeza, y no les miento, yo trato, pero no puedo.
El quiere su mundo, no este, el suyo, ahí donde hay montañas
y mares, nieve y sol, todo junto, porque no existe la ciencia, o el sentido de dirección,
solo sentidos, el tiempo esta bajo llave y las reglas están descalibradas, pues
aquí solo vive el, hay otros lugares iguales me dice, pero muy rara vez se encuentran,
pues cada mente, allá, en donde la carne vive, piensa y vive diferente, pero a
veces, los pensamientos se cruzan, pero todo es en paz, la palabra que empieza
con V y termina en A no existe, solo se eso, V y A.
Aquí soy el que quiero, el latigazo del tiempo no existe,
juego a las bolitas y también soy un Filosofo Griego de barba blanca, soy
idiota, inteligente, y no importa, porque yo lo quiero, lo escribo y lo
invento, creo que sabes lo que quiero decir.
Ahora, estoy cruzando el mar en una barcaza.
¿Qué mar? pregunto yo, estúpidamente.
Aquí los mares son mares, agua nomas, no se nombran, ni
pertenecen a nadie, aquí, hasta las rocas son libres, pero cuidado, también hay
demonios, fantasmas y esas cosas.
Acá están escritas cosas bellas, y mis más profundos
temores, mis demonios personales, y todas aquellas cosas y actos, que no pueden
calificarse, no pueden ni nombrarse.
Hasta el bueno, el mas bueno, de cualquier historia, es
bastante malo.
Complicado, si, pero así es la cosa. Yo no dije que
escribir era fácil, toma coraje despojarse, desnudarse, y presentarse ante los
que leen, ya sea uno mismo o miles (ojalá).
No me digas que nunca soñaste andar desnudo por ahí, y
darte cuenta cuando ya es tarde, ¡qué vergüenza!, si, seguro que sí. O soñar
que caes, y caes, y el miedo a la muerte, al dolor, revienta tu pecho, y allí,
en el momento del choque, despiertas desesperado, transpirado y jadeando, si,
seguro que sí.
Yo he sentido como ardían balazos que daban en mi torso,
y al despertarme, te aseguro, mi pecho ardía. La mente, real amigo, es
complicada e imposible de analizar, ella logra lo que quiere (y lo que no
quiere también). Es tu amiga, o tu peor enemiga, en ese caso, es mejor la
muerte.
Pero bueno, de a poco me iré acordando de ese cuento, pero
siento que no tendrá lo que debe tener, porque será forzado.
El siempre sumaba y el dos mas dos, le daba cinco, o una
manzana, era raro el personaje, el escribía (escribe), pero no se llamaba a si
mismo, “Escritor”, sentía que denigraba a los de verdad.
Siempre decía que el veía las cosas de otro modo, que las
reglas no se adaptaban a él, y eso me sonaba raro.
El ejemplo de los colores era cierto, ¿Por qué el verde
es verde?, Porqué tus padres te lo dijeron, o en la escuela, o un amigo, ahora,
¿y si el verde en realidad, es azul?
Quien haya nombrado los colores puede haberse equivocado,
en realidad el negro es amarillo y los azulados son verdolagas, ¿Por qué no?
Entonces no veas colores por su nombre, mejor verlos por
lo que encienden en ti, por lo que te hacen sentir, a mi el amarillo me da
verdadera tristeza, es un color que pinta todo de viejo, usado, añejo, y no me
gusta.
El amarillo para ti es amarillo, es cualquier otra cosa
para mí. No tengo colores en mi vida, al menos no con nombre, veo en colores,
no soy un perro que no distingue, aunque me gustaría ser uno, al perro solo le
importa lo esencial, y no es necesario que nombre lo que es ESENCIAL. Envidio
al perro, ahora quisiera irme a la cucha, y soñar como ellos. ¿Soñaran conmigo?,
lloro con solo creer en eso, puta que resulte blandito, mira la pavada que me
hace llorar.
¿Vos allá, lloras, la carne anda por allá? ¿La has visto
llorar?
No creo, allá no se llora, allá las reglas, miden de
verdad, y golpean también. Alla, no se mezcla el agua y el aceite, y allá, a
los perros se los devoran.
Aún nadie ha inventado la Paz, solo armas mas potentes, y
así, el mundo, cambia su bastón por muletas y suero.
Es así, aquí, soy, y no soy, porque se que estoy allá, me
crean y me borran.
No me considero “Escritor”, no, les tengo mucho respeto,
pero veo como ellos, todo diferente, todo de otra forma y color, los
sentimientos al aire, y cada sonido, es algo para escribir, cada ser o animal,
paisaje, lo que sea, hasta un recuerdo lejano o ajeno, todo es motivo para
escribir algo sobre eso, ya sea corto, o extenso.
No es parte de mi vida, ES mi vida, a veces robo
palabras, pero el sentimiento es mío.
Ahora, ya no se que o quien soy, pero si lo que no soy.
Estoy confundido, no sé si estoy aquí o allá, si soy el
cuento o el que lo cuenta, ¿es mi carne escribiendo?, ¿o tú, que te acordaste
del cuento?, yo se que por acá ando, pero estoy confundido, y la sensación es
buena.
No se que has hecho, no se si recordaste, pero me siento
vivo, en este jardín hay mas sorpresas, solo hay que levantar las piedras.
No se si soy tu cuento, si yo lo escribo mientras me divido,
o si nunca ninguno de nosotros ha existido y solo somos parte de aquella mente
que se mostraba en aquel libro que nunca envejece.
No se quien termina esta línea, pero es una rara sensación,
nueva, y nos gusta.
http://poesiasoscuras.blogspot.com.ar/
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