Miraba,
allí, donde encuentras cielo,
miraba y no entendía,
pero la sonrisa dibujaba el rostro
y no al revés,
el aire era delicado,
el piso esponjoso,
flotaba,
comodidad eternamente congelada,
el tiempo, enmarcado, ese momento.
Cerré los ojos,
tan solo pestañe,
invertido estaba el mundo,
creo ahora, entender,
hubiera preferido no hacerlo,
y la sonrisa hubiera caído en mí,
miro desde la dirección contraria,
sonrisa que es polvo en el viento,
el golpe deja un sabor agrio,
apagando lo dulce que saboreaba momentos atrás,
tu tono baja, la furia en una jaula
aún golpea.
Se lo que hay en tu mente,
hubiera preferido no saber,
hubiera congelado el momento,
no pestañear, ojos áridos,
piso el lugar que pisabas,
hubiera preferido no despedir a nadie,
ni estar en línea, esperando y esperando,
quisiera despedirme hoy,
no ser yo quien te salude,
quizá, te suene raro, un poco cruel,
pero hubiera preferido no existir,
ni siquiera haber sido una idea,
el precio de estar parado aquí
es la entrega de lo que se me ha dado,
nunca mío,
lo grite al principio,
voy a despedirme, del vacío quizá,
dejare bajo el tapete lo que resta,
no sé qué resultara,
pero allí lo dejare,
y también dejare, para quien venga,
la puerta entreabierta.
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