Trescientos y algo más,
pasen que aquí los
espero,
lenguaje
coloquial
solo para que
entienda,
que la muerte no es
siempre el fin,
destrucción,
legado,
y algo más,
la muerte solo
destroza las cadenas de esa miseria,
que te hace caer,
caer, caer,
y rodearte de
cabezas con agujas que solo hacen
que duermas y con
dolor despiertes,
podridas ratas
sin dientes
muriendo de
hambre
en un desierto
lleno de agua,
alimañas
subiendo sobre el
cuerpo, harto, cansado, cuidado,
¿Quién puede
aguantar?,
la paciencia se
derrumba
las palabras ya
no se miden,
sus ojos se tiñen
en el más brillante de los negros,
un fuego que
apaga al mas maligno de los infiernos,
con sus manos
cosecha idiotas
con su boca los
destroza,
aquellos que sus
manos no puedan tocar
serán alcanzados
por las palabras desencadenadas,
ahora,
la furia del calmo,
¿creías que podías
mantener la arena entre tus manos?
no,
lo que hay, es lo
que buscaron,
el fuego no se apaga
con lluvia,
mucho menos
melosas palabras lo harán,
esto es la línea final,
habrá fuego,
y de todo, luego,
cenizas.
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