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Hundirse

 Almas pegadas a débil carne


(nada)

obligada respiración

(sobrevalorada, salvo la última bocanada)

ofrenda que disfrutaran los gusanos

vagamos

descalzos

sucias uñas

transformándonos.

 

Vagamos

¿somos aire?

¿una palabra?

¿una mancha iluminada por el sol?

(nada)

cambiantes,

siempre atados,

siempre, un alma, carne,

uno, millones en uno.

 

Carne, guía, otra carne,

despierto, recuerdo,

siameses, ahora,

sangre, una, carne una,

alma, la tuya, más pura.

 

Tiempo, resumen, infernal daga (celestial)

parte que se entrega,

parte que se marchita,

desnudo de alma, podrida mi carne,

al medio, saltando, en el desierto,

ya no llora el cielo, solo el herido,

y no basta, no basta,

para regar el inmenso desierto,

espero mi transformación,

que poco, y cuanto, a la vez,

recuerdo que fui,

pero recordar se hace demasiado doloroso,

me acuesto en tu tierra

y que de a poco las lagrimas

me hundan, y por supuesto,

me lleven a ti.

 

E.I.

http://poesiasoscuras.blogspot.com.ar

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  Como ha de ser posible que la cumbre del dolor no sea física, la carne se desvanece en el abre y cierra de una estrella moribunda.   Si recorres este tramo final junto a mí, podría decirte, pequeña noche, que te extraño, pero no he sido tocado por ese tipo de sentimiento o sensación, lo que siento es dolor, en otra dimensión de este cuerpo, de esta cabeza que dirige.   Atrás quedaron los días en que mi cuerpo vencía furiosos ríos, caídas en rocosas montañas, atrás quedaron, porque me los has robado, solo me queda la ceniza de algo, y la nada, soy tan ignorante que no me queda nada.   Te rodeo para ver lo pálido de tus ojos sin vida, descubro, que tienes dos espaldas para darme, el sabor amargo no se va, todo es normal, normal, estos Domingos de caída infinita, vacíos que jamás serán llenados.   Escapar no es una opción, dormir, quizá, solo si marcas una cruz en mi frente, solo si incendias el lecho, solo si el viento sopla,

Reloj

La velocidad del tiempo, ese tiempo, la velocidad de su “no” vida, su “no” muerte, su fugaz paso, tantos rostros, tantas manos, las palabras se amontonan, las hojas, en brillante blanco se visten, los ojos enrojecen, la debilidad lo asquea, lo precario de los cuerpos, lo aflige.   Sabe que esto, es la mejor y más cruel broma de todos los tiempos, desafiando a quien reirá al final, desencajada carcajada, mientras mira al cielo.   Ya no ríe, solo se mueve, no fue niño, pues no hay pasado, no fue viejo, pues destrozo su futuro. Y hoy está aquí, como la lluvia, va, viene, amado, odiado, ignorado, el tiempo lo borrara por completo él lo sabía, y, aún así, ríe. http://poesiasoscuras.blogspot.com/ E.I.