Animo,
gritaban
frente a la puerta
que lleva a cualquier lado,
menos aquí.
Animo, coraje,
gritaban
mientras cruzaba
y cerraba esa puerta en sus caras.
Luego,
al ir alejándome,
los
sentimientos de ánimo
se
transformaban en risas,
en malvadas
carcajadas.
Mas ya nada
importaba,
pues la línea había
ya,
desaparecido,
y yo,
con ella.
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