No había pasado demasiado tiempo
desde que la cruzo por primera vez. En realidad, siempre estuvieron en el mismo
lugar, durante meses, en cortos periodos de tiempo. Pero nunca se habían
cruzado, saludado o intercambiado un choque de miradas. Hasta ese día. Fue en
instante, no lo midas, fue intenso, fue una sonrisa, fueron los ojos más
expresivos que había visto alguna vez. En ellos se ahogó y allí quedó atrapado.
Luego, junto sus cosas y se fue.
Pasaron días hasta que volviera al
lugar y más días aun hasta que una palabra pudiera el pronunciar. Pues se sentía
desconectado cada vez que se la cruzaba, en blanco.
Pero…nació la palabra. Así, sin
pensarlo.
Sin estudiarlo, sin hacer toda esa
narrativa mental, todo ese, “…y ahora me acerco y…pero de seguro ella…entonces…y
después…”, no, nada de esas suposiciones estúpidas, que nunca son verdades (al
menos, no completas).
Hubo respuesta y su voz hizo
estremecer a ese cuerpo. Años sin saber de ningún sentimiento. Años sin que la
vida le diera otra vez el sabor perdido. Y aquí. Ahora. Siente el viento chocar
contra su cuerpo. Siente.
Y cuando todo tomaba forma a
algo parecido a la felicidad, la montaña se aleja del que escala.
En el aire, solo, y nada más que la caída.
Eterna caída. Esta vez el cuerpo se congela y su mente vuelve a tornarse en
negros y grises.
Otra vez, el piso que sostenía a ese
cuerpo, le es arrebatado, otra vez.
"Sera la última", se
propone
No más engaños de esta maldita vida,
ya no más, la broma cruel de dar y quitar, debe llegar a su fin. Nacer, rebotar
estúpidamente por las calles, luego pensar, luego los malditos y deformes
espejos del tiempo, luego nuestros huesos alejándose, no sin antes sentir el
dolor, y por fin, adiós.
Una broma de pésimo gusto, adornada
de lugares empalagosos, y personas como esta que me toco rozar. Todo eso hace
que se haga mucho más difícil, no estar tirado en la obscuridad, todo eso hace
que no quieras abrir demasiado los ojos.
Pero hace mucho más fácil, dejar de
creer en la suerte o en el destino.
Y la puerta se cierra. Y la puerta suena
por última vez.
E.I.
poesiasoscuras.blogspot.com.ar
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