Quizá hubo un hijo,
con algo de demonio
algo fantasmal también,
ya que no se muestra,
solo ruidos puedes oír,
maldad en su no-ser,
ya que vive,
pero no existe,
otra broma,
otro castigo.
Se dice por ahí
que no hay castigo,
que no hay venganza,
pues puedo decir,
no es así,
llámelo karma
llámelo como quiera,
pero existe,
puedo dejarte mi carne
para que veas por fuera
y por dentro.
Había noches obscuras
y días también,
jamás la negrura fue tan profunda
como esta,
así serán los días y noches
desde aquí hasta el final,
una obscuridad profunda
húmeda y absoluta.
El vacío
en mi cuerpo,
en mi cabeza,
pensamientos intrusos
envenenándolo todo,
el vacío se hace sentir,
tanto,
y estos pensamientos,
tanto ruido,
ya, intolerable ruido
el vacío me consume,
y el intruso,
me habla de la solución.
E.I.
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