Mas horas


Transpiran las horas

mientras se camina hacia el hediondo pantano,
el límite,
la orilla.

Es el tiempo que babea,
allí,
del otro lado,
sus armas afiladas
el fuego en sus más vivos colores.

Es entre olores y problemáticos sueños
que desea corromper nuestras manos,
destrozar el beso
que la noche acepto otorgar,
la orilla cerca,
y más traslucidos los cuerpos,
los corazones,
no veo tu mano en la mía,
la siento aun,
mas no veo.

Te pareces más a un espíritu
abandonado la carne que lo oprime,
estas abandonando lo que prometiste,
el tiempo, mañoso pequeño irascible,
nos borra y muestra en la orilla
lo que se ha perdido.

Lloro por lo perdido,
lloro, pues el pantano me devora,
transparente cuerpo,
no siento el calor de tu mano,
ha desaparecido el sabor del beso nocturno,
el niño ríe y me arrastra al fondo,
mis huesos,
te fuiste y no me has dicho donde,
¿estarás en algún cielo?
¿estarás en la tierra y no me lo has dicho?

El maldito limbo,
revivir una y otra vez el sabor, el roce,
y un final,
en donde me veo perecer,
solo y sin piel que me envuelva,
¿es el mismo tiempo y lugar?
¿u ambos estamos grises y traslucidos,
llorando por lo que hemos dejado atrás?

La noción he perdido,
no sé si vivo, o encaminado hacia las cenizas voy,
solo tengo la certeza de que,
horizontal o vertical
te encontrare,
espero no seas piedra,
ni carne fría,
solo espero derrames otro beso en mis labios
y esa agua dulce de tu boca,
me destierro de esta comarca de grises cuerpos,
y en el fin, o en el comienzo,
espero que el calor, de nuevo,
envuelva nuestros cuerpos.


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