Tierra


Tormentos, ruinas, cuerpos,

en piedra convertidos,
mandíbulas dibujan el dolor,
el último grito,
el fin del dolor,
el encuentro final.

Mis asesinos, estarán a tu merced,
dejo tranquilo este cuerpo,
pues ella vendrá por ustedes también.

Allí, en mi tumba,
nadie espera,
solo el hombre y su mascota,
su pala y la mueca de mal humor.

Allí bajo mi tumba
renovare mis votos,
allí bajo mi tumba
no descansara mi cuerpo,
serán huesos pudriéndose,
allí,
renaceré a la vida, muerto,
pues me he renovado,
no busques mi cuerpo
ya no ha de existir,
pero cerca, estaré girando,
sin remordimientos, sin pesadas culpas,
llorare por las noches,
no temas,
es, quizá, mi alma,
me extraña,
y por las noches,
nos abrazamos y lloramos sobre la tierra,
la misma que nos oculta.


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