Hay almas que no serán salvadas,
¿contaran la tuya por allí?,
¿puedes contarme algo de ella?,
algo que no sepa,
lo cual es…todo.
Sé que es algo,
algo que nos abandona
o nos eleva,
más no puedo decir yo,
que es,
realmente que es,
y dices que es algo que vive en mí.
Contrario
respondo que vive en nuestras cabezas,
un personaje en el libro
que nos proponen alabar,
es el medio por el cual
nos infunden el temor,
temor al martirio eterno,
temores sin fundamento.
Creo en lo que veo
y abrazo ese pensamiento
pero, entonces,
¿qué pasaría con mis sueños?
los vivo, pero no los veo,
solo sueños,
¿ese tiempo es tiempo perdido?
no puede serlo
pues es la vida que deseo.
¿Es una muerte soñada?
si lo es,
empújame al infinito,
enciérrame en el laberinto
y corta antes
un poco mis venas.
Si mi mente, no puede
mi cuerpo tampoco podrá,
necesito creer
que mi vida es un sueño
y que existe,
si no fuese así,
solo soy un muerto
divagando por la tierra,
con o sin alma,
caminando entre los que no sueñan.
Pienso luego,
que es así como yo siento,
cada sol es una montaña
y debe ser escalada,
más nunca muestra su cima, su fin,
no se ve el sol,
no se ve la luna,
no veo tu mano,
no veo mi alma elevándome,
entonces,
solo me dejo caer,
caer y caer.
E.I.
poesiasoscuras.blogspot.com.ar
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