La belleza de la muerte,
el sabor amargo de
permanecer
junto a un trozo brillante
de madera.
Ahogo, sin perecer.
Gritos sin nadie quien los
oiga.
Gritos ahogados en la nada.
El dolor de tu garganta,
con tus manos presionas y
presionas,
arrancas pedazos de tu
carne.
Furia, ya no hay descanso.
Paredes sangrando.
Tu piel ya es parte del
cuarto.
Carne latiendo,
piel abierta,
no sientes dolor.
Dame lugar en tu viaje,
contigo quiero irme,
mi castigo fue nacer.
Libérame en tu piel.
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