Aleja te de mi horrendo cuerpo, no deseo escuchar tus tratos con los demás, este ser aborrece tu existencia, quita tu manto de ardor. Llegas entre tiempos calculados, llegas y lo incendias todo, mi piel se derrite bajo tu manto, agua brotando de amorfos poros. Maldito seas, mientras otros te aman, yo te doy todo mi odio, mas importante sentimiento aun. Si fueras de carne y hueso, yacerías a mis pies, sangrando, sollozando. Pagarías tus crímenes, todos ellos. hasta los colosos de tierra ceden ante tu abrazo, ardiendo, arrasándolo todo. Tu magia es negra, en cenizas tornas lo verde, en negros aquellos colores de la carne, en grietas las aguas. Vete. Me quito tu manto, lejos lo arrojo de mi, mas las llamas de tu infierno siguen quemando, arranco mi piel, desgarro carne hasta el hueso, y aun me consumo.
Poesias, prosas, relatos, canciones, pero de las otras.