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Mostrando las entradas de agosto, 2017

No puedo

…aún no puedo escribir, aún mi corazón late lento, muy lento, aún no puedo escapar de esta trampa, aún no puedo y la noche se abre sobre mí, atrapado, en silencio y ciego. La noche llega con todos sus demonios, juegan con ellos, los propios, arman en mi cabeza visiones que me destrozan, de cuando en cuando, alguna me eleva, la noche me entristece hoy, lloro en ella, agradezco el no poder verme. Peleo y peleo para salir de aquí no es suficiente, no lo es, siento que me voy desmoronando, me rompo y por dentro estoy vacío. Y mientras el sol va limpiando la obscuridad, en la sucia arena puedo verme, mi vista ha vuelto, puedo ver, y todo continua igual, solo yo he cambiado, veo mi cuerpo así, y lo dejo, prefiero irme por ahí caminando por el lado más obscuro de este mar que se ha secado. E.I. poesiasoscuras.blogspot.com.ar

El de las Patas

El de las Patas “No creo…”, dijo, mientras se levantaba para preparar café, “…que todo sea tan injusto, o pesimamente ejecutado, como lo he planteado antes, pero no puedo ser flexible en algunos aspectos, y para formular todo lo que te he dicho, necesite fortalecer algunos de ellos y a otros debí expresarlos en términos de algún futuro no tan distante, ya sea para mal o para bien. Siempre, siempre, hay una luz en la obscuridad, una puerta no, pero si quizá una ventana abierta, etc. Poné la frase alegórica que más te guste.” Vuelve mirando fijamente las tazas de café, y a un paso arrastrado para evitar que el café se derrame, pues no tiene platos para esas tazas y lo más próximo a quemarse, son sus manos, despacio, pero continuamente se arrastra, no habla, deposita las tazas, y derrama un poco de ambas tazas, no importa, pues abajo están sus papeles, sus escritos, y nunca le importaron demasiado, pues cree que nada de lo que hace o dice, valga realmente la tinta o el aire qu

Pasaje

Por la orilla, dejando las dunas atrás, subiendo y resbalando por otras, mirando de cuando en cuando hacia atrás, una bofetada del viento con sus manos llenas de arena directo a mis ojos, una forma de gritar, que mire hacia adelante, olvidar lo que se deja atrás. Golpea el viento también si uno mira hacia al futuro, y golpea duro, solo deseo ver los errores para no cometerlos jamás. El agua helada toca mis pies, los deja sucios, muertos, feos, los miro un rato y no me importa, pueden moverse igual, la arena se hunde bajo mis pies, se cree esta orilla que estoy muriendo y quiere enterrarme aquí. Las aves ya sobrevuelan mi cabeza, pero yo no he perecido aún, ni lo hare todavía, no aquí en el mar, no aquí en esta orilla, camino alejándome hacia las montañas, allí donde los bosques se amigan y crecen, ese es mi destino, no el agua y esta asquerosa resaca. Busco las montañas, y en ellas los bosques amigos, bu