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Mostrando las entradas de 2016
Eres realmente maldita, los látigos de fuego han marcado tu destino, haces que de mi se diga soy un santo. Y tú eres la que dice que el mismísimo diablo ha tocado mi hombro, pero el error te consumirá, eras tú, quien se apoyaba en mi hombro, fuiste tú quien convirtió en cenizas el bosque de la ilusión. Tu, demoniaca mujer, tu, ya no hay dolor, ni siquiera pena, solo cenizas mecidas por el viento. E.I. poesiasoscuras.blogspot.com.ar

Ojos (XI)

Preguntas, siempre preguntas, si es temor lo que hay en mis ojos, si es temor lo que hace temblar mi boca, si es temor lo que explica, mis acciones, callo y nada respondo, y preguntas nuevamente, si es por temor. Pido mires estos ojos, ¿es que acaso es temor lo que ves en ellos? ¿es que ves algún rastro de vida en ellos? Estos ojos que miras, están muertos ya, y dejan ver la cara detrás del espejo, el alma oculta en esta carne que nos sostiene. Dime apasionada mía, dime, ¿qué es lo que te enamora de este lugar?, ¿qué te molesta de este lugar?, ¿es mi pasar, acaso?, ¿mi indiferencia reciente hacia ti? o la verdad oculta en mis ojos. Gritas, pues el miedo que anidaba en mi pecho ha sido destruido, gritas, pues el látigo de tu presencia ya no daña. Ve mis ojos, asómate en ellos, no te verás reflejada, no te verás dentro de mí, solo intrigas y demonios en llamas, tú en llamas, y yo soñando hasta el final, pu
Fragmento X (el de las patas) “No creo…”, dijo, mientras se levantaba para preparar café, “…que todo sea tan injusto, o pesimamente ejecutado, como lo he planteado antes, pero no puedo ser flexible en algunos aspectos, y para formular todo lo que te he dicho, necesite fortalecer algunos de ellos y a otros debí expresarlos en términos de algún futuro no tan distante, ya sea para mal o para bien. Siempre, siempre, hay una luz en la obscuridad, una puerta no, pero si quizá una ventana abierta, etc. Poné la frase alegórica que más te guste.” Vuelve mirando fijamente las tazas de café, y a un paso arrastrado para evitar que el café se derrame, pues no tiene platos para esas tazas y lo más próximo a quemarse, son sus manos, despacio, pero continuamente se arrastra, no habla, deposita las tazas, y derrama un poco de ambas tazas, no importa, pues abajo están sus papeles, sus escritos, y nunca le importaron demasiado, pues cree que nada de lo que hace o dice, valga realmente la tint

Luna(v)

Siempre, siempre, lejano, confundido, sangre limpiada con más sangre, ángeles predicadores salvadores, a este lugar lo han olvidado, escaparon y lo olvidaron. Ayer cielo hoy infierno luna roja hermosa, por cierto luna, tan cerca, tan lejos te hare mía en un momento. Irrazonables seres, los genios de este lugar devoran los errores de sus guerras, devoran carne devoran almas. De manera hermosa sigilosa vienes a mi casi vuelas no hay huellas en tu camino, bajo una luna roja, lavas mi cuerpo, con sangre de mis venas. E.I. poesiasoscuras.blogspot.com.ar
La belleza de la muerte, el sabor amargo de permanecer junto a un trozo brillante de madera. Ahogo, sin perecer. Gritos sin nadie quien los oiga. Gritos ahogados en la nada. El dolor de tu garganta, con tus manos presionas y presionas, arrancas pedazos de tu carne. Furia, ya no hay descanso. Paredes sangrando. Tu piel ya es parte del cuarto. Carne latiendo, piel abierta, no sientes dolor. Dame lugar en tu viaje, contigo quiero irme, mi castigo fue nacer. Libérame en tu piel.

VII Fragmento 4

VII - Fragmento 4 Cuando las paredes pierden su color, cuando se convierten en un cementerio de imágenes muertas, algunas entrañables, otras no tanto, incluso se alojan (mezcladas, por supuesto) las más aborrecidas, todas allí, colapsando, peleándose por el mejor lugar en las escaleras o en los descansos, de manera que puedan ser mejor observadas, recordadas, o…totalmente ignoradas, como siempre yo lo he hecho, no hay nada peor que el recuerdo inútil de lo que de poco se va borrando de nuestras cabezas, indicador natural de que nosotros también pasaremos a formar parte de ese enjambre de muertas fotos ( o no ), he quemado las mías, no quiero estar al lado de alguno de estos, el recuerdo puede ser hermoso en ocasiones, pero una vez ya está bien, luego se convierte en conversación de barra de bar. Las imágenes mienten, sobre todo estas, que contaminan el ambiente, sus facciones no cambian, siempre riendo, falsamente riendo, para esa foto, para ese cuadro, o tristes…eternamente

El dia

¿Dónde estabas cuando el fin de los días golpeaba furiosamente las rejas de mi casa prisión? ¿Donde? Fantasmas del pasado y este futuro se mezclan y ya no pueden atravesar paredes ya no pueden dormir en los cuerpos, ¿dónde estas cuando las cadenas comienzan a caer sobre las cabezas? Horrores que solo he soñado, dibujados frente a mí, parecían de otro mundo, utópicos, y aquí, ahora, llenan mis ojos, devoran por completo el horizonte, la locura es la realidad, manos ocultas me desnudan y empujan hacia la nada hacia el abismo. Triste pequeña persona, cobarde, escapando, busco en el pasado el momento en el que tu puñal abre mi carne, busco el momento exacto en el que tu me enamoras con palabras y gestos. Los susurros eran alientos de muerte, tu jamás morirías por mi solo buscabas otra alma, solo me desatarías en la locura y tu diablo estaría satisfecho, el está satisfecho. El final, tus manos
El dolor, si, el dolor, el brujo lo conoce, él lo guarda en su cofre, o lo esparce bajo sus maldiciones, y tú, deberías conocerlo. Arena, sangre emergiendo, no corras no, solo más rápida, más dolorosa mas despiadada tu muerte vendrá. Nada aquí puede apagar el dolor nada aquí es para tu placer, todo existe aquí para tentar a tu alma, enrojecer tus ojos, y luego desaparecer, hay algo de dolor en lo inalcanzable, en la ausencia. Conoce bien la sensación, el fantasma de la memoria ha perdido sus cadenas, ya no es tan atemorizante, ya no más, y notas que tu cuello pesa, y tus manos sienten y ven, pues tus ojos rojos han enmudecido, tus manos, sienten el frio, ven las cadenas, colgando de tu cuello. E.I. poesiasoscuras.blogspot.com.ar

Rios

Siempre algo vendrá, ¿cuando? tarde, siempre tarde, mientras, aquí inmóviles, expectantes, en esa espera casi sin darnos cuenta, morimos. Te veo en una calesita, te veo en ella, veo el esfuerzo por alcanzar la sortija que te dejara otra vuelta, que te dejara saborear un poco más de vida, tú crees, aun, en la maldita sortija. Nada bueno surge de tus palabras, las que dejas en aire, nada bueno hay en tu después, en tu espera, en la espera que me obligas que me empujas a tener. Pido cierres tu arrogante boca, y que tus palabras vuelvan a ti y te destrocen, como lo hacen con quienes aquí estamos. Juega tú, si es lo que quieres, no molestes a los que no quieren hacerlo, al menos, ya no más, los que jugaban y se fueron, los que nunca lo han hecho, fueron los primeros en ver, y tú, jugando y obligando, logras alimentar tu ceguera. Vemos los negros y blancos, los brillantes soles, las brillan

Terrenal Fragmento 2

V Regresando un poco a la línea de tiempo sin cambios, recta, planchada, sin ruidos, sin emoción, la realidad en su más puro “ser”. Volviendo a ese punto, a este punto, comienza una profunda conversación, pero la misma sucede sin segundas partes, yo, como segunda parte, no participo, solo escucho, esta conversación extraña sucede entre él y él. Pregunta y respuesta, anécdota entre paréntesis, algún pegajoso e inútil recuerdo del pasado, y no hay espacio para segundas partes, todo existe en uno, en una misma sentencia, el problema y la solución, la prueba y el error. Noche, hora no recuerdo, nuestros estados, eso tampoco lo recuerdo, y tampoco es algo que importe o que haga que la historia cambie. “Lo conocí de muy joven, lo conocí sin querer conocerlo, a su vez el existía sin quererlo, pero aquí estaba el, estaba yo, negando lo que era y no podía ser cambiado, al menos sin tomar medidas drásticas. Como decía, lo conocí, podría decir que sucedió, como sucede un accidente, fu
Vergüenza (?), obscuros pensamientos cubren el sol, la mirada, desde lo más profundo son expulsados, la luz, afuera contra ellos rebota, asustada retrocede y la sombra se desparrama por sobre las almas. El único lugar al que pueden llevarte es al profundo dolor el de la carne el del alma al dolor del nacimiento el agrio momento ese en el que sabes que ya no eres inmortal. Sedas negras, grises nubes, allí, envejecen con tu piel obscuras grietas, obscuros lugares del alma, más cerca cada noche de cubrirte con su manto. Frio manto, frio deseo, muertos miembros. Hundiéndote en la vergüenza por la negrura de tus visiones, pero es ella, no tú, quien obscurece los pensamientos los sueños, deberías dejar tu idiotez junto a tu vida, ningún pensamiento debería avergonzarte, nada de lo que hagas, las cadenas del arrepentimiento te ahogaran antes de la hora señalada, expulsa a la vergüenza entiérrala pro

Pudiese

Si pudiera hablar hablaría. Si pudiera elevarme lo haría. Si mis ojos no sangraran quizá lloraría, tanto, que mis lágrimas te ahogarían. Si el corazón latiera pensarías que estoy vivo. Si nada quedara entre mis manos pedirías mucho mas y las arrancarías, tu codicia no cabe en tu cuerpo. No mueras en frente a mis ojos, pues no sabes cómo jugar ese juego. La sangre que pinta este suelo no es tuya, no. No juegues con armas pues se recibir solo un disparo, no más. Uno a la vez. No des vuelta tu cara cuando las miradas hacia ti son dirigidas. Mejor vete antes de que el infierno note que has escapado. Mejor, yo me iré también, devolveré el aire que he robado, no perderé mi cabeza porque tu así lo deseas, triste, canto, cierro mis ojos, abandono mis manos, te empujaran al averno de donde viniste, y viajare lejos, lejos de aquí. E.I. poesiasoscuras.blogspot.com.ar
(Terrenal – Fragmento) Las campanas del juicio final, sonando al unísono, fuera de tono, caprichosamente desafinadas, dañan los oídos de aquellos que son alcanzados por tan desastroso sonido, penetrante sonido, casi mortal. Cada vez más agudo, cada vez más desafinado, ya los hilos de sangre viajan de tus oídos a tu cintura en segundos, el sonido no cesa, la sangre tampoco, abrazado por los tibios hilos, no sientes el frio del lugar, agachas un poco tu cabeza, como si eso fuera a apaciguar algo, y ves, que tus pies están descalzos y ahogados en sangre, la tuya y las de otros. Esa mezcla contiene dolor, lagrimas, y su color es tan brillante, extraño, y tibia, muy tibia, reconforta. Sangre acariciando tus pies, cubriendo el frio que azota de a ratos ese lugar en donde te encuentras, casi inmóvil, sangre que, sin que tú te des cuenta, consume tu carne, y pronto comenzaras a caer, ya en poco tiempo, tus ojos, verán a través de ese mar rojo perlado, veras cual brujo, a todos los de

Comienzo y final

La noche tranquilamente duerme, el día, aún lejos y dormido. Animales y hombres, sosegados por los brazos de la noche, duerme el instinto, la sangre comienza a secarse, y el hambre crece. Tranquilidad, los vigías de la noche cuidan de todo y todos, alertas, cuerpos sin rostros, en vuelos rasantes. Pero no todo es paz, no todas las respiraciones son suaves y profundas. Los vigías lo presienten, lo huelen lo sienten. En un momento, la noche se ve herida, garra envuelta en llamas, carne, tierra, arrancados de la paz, todo se ha transformado en caos y en horror, no es el día, pero si, el fin de la noche. E.I. poesiasoscuras.blogspot.com.ar

Nadie

El fuego que se eleva el humo en el horizonte son los bosques los que te ocultan, los ojos ansían verte. Las catedrales incendiadas pues… tú ya no rezas demasiado, y ojos ansían verte. Pocos los lugares esos, en los que te ocultabas, y el fuego se extiende. No intuyes de quienes son esos ojos, ni él porque ese afán de verte. Mas fuego, ya sobre los cuerpos, y el grito de tu miseria, esos ojos ya no desean verte. Esos ojos, solo se hunden en las llamas solo pretendían ver de cerca la muerte, y entre ellas, también la tuya. E.I. poesiasoscuras.blogspot.com.ar
Sabía que vendrías, más no quería recibirte. Sé que tu paciencia, no cabe en este mundo. Cansado caminaba, por calles de tierra por el viento azotadas, recibiendo todas ellas hojas muertas que el duro invierno mata. Continuaba mi paso, continuo pero errante, soñándote, y negándote. Camino, y mi sueño te llama, mas espero no vengas, aun, no he llegado. Sé que estarás cuando vuelva a mi cuarto, sé que brindaras conmigo antes de partir, contaras historias que tendrán sabor a propias, me darás lo que he abandonado, solo por un rato, y te llevaras lo que arrastro. Espero encontrarte pronto, espero que seas tal como sueño. Te pido esperes a que florezca aquel ultimo árbol, que cicatricen las heridas, y luego, ven a mis brazos.

Hojas

Hojas secas amontonadas en la puerta la mirada perdida el horizonte se muestra cruel la devastadora ausencia del deseo, una sonrisa que el mismo viento que apila el pasado, se ha llevado. Pateas las secas hojas, enfrentas el destino vuelves apenas un poco la mirada, y las hojas, detrás de ti, secas, apiladas. La puerta que siempre abres no muestra nuevos amaneceres, solo esta profunda obscuridad, el reflejo de tu corazón, tu alma, tus pensamientos, el destino algunas veces soñado, al cerrar esa puerta tras de ti, queda sellado, y extrañamente, sonríes. E.I. poesiasoscuras.blogspot.com.ar

Lineas

Las líneas de tu frente las líneas de tu mano el futuro, ¿eso ya está escrito? ¿en tu piel, en todo tu cuerpo? con la daga que espera, deshaces el futuro, lo borras. La noche no ha llegado aun para esconder bajo su manto las gotas de tu otra vida las gotas que han creado ya un lago. No, no ha llegado aún, nadie te ha visto, nadie por aquí, solo tú, como siempre, para siempre, pues tú has cortado las líneas. Tu historia ya no tendrá pasado, y permaneces, como piedra, en un eterno ahora, en el mismo momento, el dolor punzante, el movimiento, olvidado. Detrás de tus ojos, otros ojos son los que ven, detrás de tus palabras, otras, ocultas entrelineas, ya no sabes ni que dices, ni lo que ves. Nadie debería practicar lo que has hecho. Debo dejarte, estas demasiado lejos, debo pensar en ti, y dejar a ese pensamiento diluirse, el camino te ha encadenado, y algunos seguimos por él, como tú, otro

Impredecible

Huellas, las de tus pasos, siempre detrás, a un lado quizá, nunca delante, nunca. Condenado a verlas siempre de esta manera. Cuando aceleres tu paso, no podre verte ya más. Te veo, te siento, no eres un fantasma. Ya no, has perdido esa cualidad que te hacia impredecible. Estas en todas partes, y aquí. Cruzas por verdes lugares, dejas cenizas en cada una de tus huellas. Vuelas y las aves caen muertas a esta tierra condenada. Reposas en las sombras de unos inocentes manzanos, y sus frutos se pudren, su raíz es ceniza, cae frente a ti y se deshace. Y tú, maldita, ríes. Ríes, ríes, y no te detienes. Quien podrá darte fin? Odias la vida, odias lo que ella da. Que eres? Quien eres? Sé que me estas buscando, pero no voy a marcharme contigo aun, a todos acosas, en todas las casas reposas. Mantienes cerca a tu ganado. Me inspiras, me llenas de dudas. Que te ha hecho la vida? Te ha hecho nacer? Te ha matado? E.I. poes

Llamas

Perplejo, aturdido, ángeles caídos ángeles, los veo, justo, por el rabillo de mis ojos, avanzando, los veo justo allí, en el final de lo que puedo ver, ellos se esconden tras los árboles, bajo las rocas, y me ven, realmente ven. Muerte danzando sobre el fuego masacres en el cielo carnicerías en la tierra cuerpo y partes flotando, alejándose, viajando en el rio, rojo rio, espeso rio, triste rio. Sangre escupe el cielo, demonios cortando sus colas, caen alas desde el cielo, osamentas nacen desde lo más profundo de la tierra. Avanzo aun, el humo, el resto, todo queda detrás. Rodando, una cabeza, entre mis piernas pasa, ensangrentados mis pies, resuenan cadenas, ángeles lloran abrazados, la llama a tocado su suelo, su cielo. E.I. poesiasoscuras.blogspot.com.ar

Despertaras

La pesadilla abre los ojos limpia el sueño de tu cuerpo abre tus ojos con el cuchillo mellado y oxidado ese que escondes bajo tu almohada el mismo que usaste contra tu corazón. Duelen los ojos, la cabeza, el cuerpo, el cielo, la garganta, el infierno, aire entrando, fuego, aire saliendo, frio. Recuerdo congelado, pesadilla inquieta, de pie contigo en el pasillo la mirada se pierde, el sonido de una lagrima cayendo sin revisar el pasado, cayendo, sin siquiera, entender el presente, solo cayendo, muerta bajo la pisada embriagada de desnudos pies, nada es importante hoy. No entiende el correr del tiempo sumergido en un sueño maldito complejo y tan simple tan simple como saber que respira, complejo como el miedo, el mismo miedo que lo arranca de esas sombras, ahora, ya, lejanas. Siempre, siempre solo, lamiendo las heridas acariciando una caída acariciando el verdadero despertar, el papel lo separa del día, co