Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de 2012
Donde te hallabas, cuando una débil alma jugaba en la cuerda floja de la existencia, cuando la duda, la tentación, anidaban sobre los pensamientos. Que sucedió esta vez.? El aire surcaba, las nubes rápido se movían, la tierra apenas si podía tocarme los pies. Luego, girando sin cesar me vi. El cielo, la tierra, se confunden. Los colores de tu paleta, solo son negros y rojos. Lágrimas, montones, algunas caen y aplacan el fuego, otras inútilmente buscan el cielo. Y los gritos, los gritos, son llamados desesperados hacia ti. Hay otros oídos esperando, y se han despertado los indeseables. Mientras vuelo en esta caja que me oprime, deseo la vida, tanto la he despreciado, era necesario que me quites el aire con tus manos y me muestres los colores y los paisajes de la muerte, solo así, he de ver lo que me pertenecía, lo que mío era, aunque efímero, pero era. Ahora tarde se ha hecho, ya no giro, ya no vuelo, solo un
Tiempo, agotado, empuñando la daga sin piedad, segundas opiniones, segundas oportunidades, si optas por ellas, solo serán un inscripción mas en tu lapida, tu última palabra. El maldito, va primero, tu vienes detrás, arrastrado por demoniacos caballos negro, sus ojos son de fuego, tú tienes tus manos en llamas. Imposible secar tus lágrimas. Donde quedo aquel que esperabas? donde tu salvación? Miras hacia los costados, atrás, arriba, solo te encuentras, y las aves que cubren el sol, esperan por tu carne, aun más detrás, los perros del infierno lamiendo tu sangre. Tierra y sangre. Elevado por un invisible brazo, ahogo, carne quemada, y una voz, que ríe, que pregunta. Tu entiendes, y no respondes, también preguntas, tu respuesta es tu abandono. Los malditos obtienen recompensa, tu solo dolor, que buscabas, cuando te acurrucabas en extraños brazos? Has abandonado sueños, placeres, de lejos sufrías mi
Hablan, esos ojos verborragicos, cuanto tienen para decir, no necesitas hablar para romper el silencio, para decirlo todo. Suspiran, aman, lloran, tus ojos detienen cualquier tormenta, ellos cubren mi cuerpo, cuidan de mí. Mientras profundamente duermo, tranquilo, en medio de la noche, despierto, retorno al frio de este cuarto, al temeroso que camina por la noche, estoy despierto, y esos ojos, no están aquí. Un sueño, solo eso fue, he vuelto a la soledad, ya no me arropan, solo fue un sueño, aun así, fue hermoso, sentir aquellos ojos sobre mí.
Enciendo una vela por ti, cada vez que vienes a mí, en mis pensamientos, en mis sueños, en mis andares por senderos extraños. Sueño, sí, siempre sueño, cierro mis ojos, aun estando despierto, sí. Siempre buscándote a ti, siempre olvidando mi condición, esta, la de ser mortal. Mantienes esa pequeña llama encendida, no pueden apagarla sofocados soplos espectrales, ilumina lo que alguna vez estuvo a mi lado, ilumina el espacio que ocupabas. Desbordaba de eso que llaman amor, tú lo decías, yo no le he visto jamás aquí. Has demostrado que eso que sentía, era, es, en su totalidad, amor. Déjame desconfiar de mis sentimientos, siempre ellos me han engañado, si en realidad lo fue, no puedo explicarlo, y jamás podre. Me has enseñado, que existe, y que estuvo y permanece aquí, en mi cuerpo, en mis pensamientos.
Despierto, y espero, aquí, en un costado de esta fría cama, desnudo, mis pies descansando en un piso helado, un lugar que ya me ha olvidado, mis huellas han sido borradas. Solo queda de mi lo que no veo, lo que tú, jamás has podido ver, lo que era, lo que siempre fui, solo tienes aquella vieja y horrible fotografía, solo un saco de piel y huesos. Allí, en el borde de una cama, solo pensando. Cerca de un abismo, buscando la obscuridad, a medida que el día se abre paso conquistando las sombras que tanto me han acompañando. Alejo mi ser de esa luz, hoy necesito permanecer en las sombras, que el alba no descubra que despertado. Que aun estoy aquí. Que aun pienso en ti. Me muevo a espaldas de la luz, recorro el corto pasillo que lleva a mis libros más preciados, en donde me oculto, del día, de tu recuerdo, y del mundo. Me convierto en moribundo personaje, hago míos su dolor y sombrío pasar, en pocas páginas, morirá

GRACIAS JIM

Del renacimiento, solo quedan verdades muertas, solo cenizas, a merced de un incesante viento. El ave, no renacerá, ya no existe deseo, aquel que la llevaba a surcar los cielos una y otra vez. Destruida una y mil veces, la repetición es un infierno, deja todo a la suerte del viento y duerme esparcida sobre las cabezas de aquellos que le han dado su última muerte. Cuando ambos sueños se hermanen, será eterno, caminen aun, mientras puedan, el ave que recordaba la vida, es ahora la que muerte llevara.
Recuerdo fugaz de aquellas llamas que alguna vez me rescataron de un asolador invierno, cuando ya solo creía que la desolación y un frio vivir era todo lo que existía. Llamas que se han extinguido, olvide su lento proceso, el que yo había iniciado, mi mente vagaba por otros mundos, y mi cuerpo, casi sin vida, allí, entre brazos que iban escapándose sigilosamente. Encerrado, mis ojos no desean abrirse hoy, descansan en la obscuridad, tus brazos han escapado, el castigo es claro y el frio se cierne sobre mi otra vez. Una prisión, construida por mi egoísmo, una realidad que me aprisiona, un mundo en mi mente que me libera, abro un instante mis ojos, no ven nada más que espacios en blanco, que dañan, que muestran la irrefutable verdad, escucho a lo lejos una palabra, un puñal. Habitaciones vacías, sueños que se desvanecen en un interminable blanco, mientras me encuentro solo aquí, ya no hay fuego, me ahogo en un f
Bajo recuerdos de noches traicioneras, bajo la represalia de los espíritus que la habitan, gritos de dolor que no estallan en el aire, lagrimas que no escapan, el látigo de la verdad despedazando frágil carne. La obscuridad que los mantenía a resguardo, la noche que los acunaba, la misma que los traiciona, la misma que hoy los devora, engaño que en tu cuerpo es dolor, ya no importa dejarse caer. Que las aves que la habitan se alimenten de llorosos ojos, de un corazón que ya está destrozado, que esos seres sin figura jueguen con un alma desgarrada.
Correr, tanto tiempo corriendo, escapando, ojos desorbitados, roja sangre hirviendo subiendo por nuestro cuello. Mirando hacia atrás, solo un instante, convencerte que te has alejado, mas el ruido de las cadenas aun es ensordecedor. El frio en la espalda, la sorpresa desagradable, inevitable garra en el cuello. Cuando el aire sostiene, la tierra abandona tus pasos, el cielo colisiona en tus ojos, abriéndote, la tierra lo absorbe. Testigo del fuego que crece. El cielo desciende, el fuego se eleva, y un aire que se vuelve enemigo, las sombras en tu cabeza, olvídate de las sombras que viven en tu cabeza. Abre esa puerta, que la obscuridad desaparezca, deberías estar preparado, pero nunca creíste que llegaría. La historia era verdadera. La oportunidad a escapado y ríe.
Escribir sin pensar en el tiempo, no reconocer las reglas impuestas por el cruel verdugo, olvidar nacimientos, maduración, envejecimiento y una inevitable muerte. Olvidar, lo material, los sentimientos, dejar lejos todo lo que nos ata. Todo. Que el tiempo no tenga importancia, que no exista relación entre una línea y la siguiente, que se confunda el espacio, confundir el tiempo. El protagonista, transmuta en antagonista, el inicio, el nudo, el final, se mezclan, se tornan borrosos, sin embargo, los finales existen, no se vuelve hacia atrás. Déjame que maneje tu figura, que te dibuje con palabras, que tu boca diga lo que escribo, hoy tus movimientos son dueños del titiritero. Que convierta tu ayer, en hoy, que tu futuro sea aún más incierto, poder borrar el pasado, un presente sin memoria es lo que necesitamos. Sin saber hacia dónde vamos, aunque, adormecida, la maldita conciencia lo sabe, incinero mi pasado en un instan
Eran bellos aquellos ojos, era tan hipnótico tu mirar, bajo tu dominio, me encontraba, imposible abandonar esa mirada. En tus ojos moría, y renacía interminablemente. Solo obscuridad, es lo que veo frente a mí, estos dominios son obscuros, temo, caigo libremente dentro de las fauces de esta negrura, no encuentro el poder de aquellos ojos. Donde estabas cuando la noche se metía en mi cama? En que pensabas cuando ahogamos nuestras penas, y todo nuestro odio? En que soñabas, cuando despierta te movías a la luz del amanecer, celoso, yo, por esa luz que abrazaba tu cuerpo desnudo. Nos revela nuestros defectos, aceptamos eso, somos animales, somos imperfectos en nuestros sentimientos, no entiendo aun, el significado completo de la palabra “amor”. Está bien si he de apartarme, será lo que deba ser, hare lo que deba, o mejor aún, lo que quiera, aun así, nubes se ciernan sobre mi cabeza, importa mi ser? Frente a ti, nada importa.
Recorres una sucia imagen, en el final de los colores, allí, en donde tu vista cae, se encuentra con el mas siniestro de los engaños, y la obscura realidad de tu ser. Atestado piso de viejas imágenes, abrumado tu mirar, nuevas lágrimas, diferentes pensamientos?, no, en tu cabeza repica siempre la misma idea. Apagas la luz, te cubres con mantas negras y rojas, tienes el calor de aquellas congeladas imágenes, dentro de la obscuridad, caes, y duermes. Un pequeño y extraño destello en el infinito, luz que se ha filtrado en tu obscuro descanso, eso ha encendido una idea, ya no ves la muerte como el final, sino que descubres que vives en él. Los ángeles de tus sueños, los que caen en ocasiones cerca de ti, no son tus guardianes, con ellos sobrevuela la muerte a tu alrededor, asechan, y esperan atacar. En el silencio de tu sueño nada más sucede, allí fuera, los edificios caen, las aguas se llevan las voces. La obsc
Inmensamente agradecido. Gracias Fabio Leguizamón, Amil Tor Serola, Alejandra Seu, Silvia Seu, Pingos Del Pajonal Agrupacion Pingos Del Pajonal Agrupación Gaucha,Dara Merino, Gaby Bertolini, Daniel Triciclito, Fátima Ramona Ludueña. Muchas Gracias.
Si la estupidez tomara forma corpórea y pudiera hablar, la estupidez desprendida de mi cuerpo seria verborragica hasta la locura. Tanto, que debería dispararle en la boca para hacerla callar. Siempre que me levanto, en realidad, nos levantamos, si, no solo yo, creo no ser el único estúpido en el planeta, seria aún más estúpido si creyera ser el único en algo. Repito, siempre que me levanto, no tengo recuerdos de lo sucedido horas antes, no miles de horas, apenas un par de ellas, y menos aún de mis sueños, lo único que deseo recordar,  se han convertido en borrosas imágenes que a duras penas puedo armar. Un collage horripilante de lo que debe haber sido un hermoso sueño. Así es como despierto, rogando volver a dormir. Pero antes del preciado premio, he de atravesar por todas estas horas de hastío, de mentiras, de dolor algunas, de rigurosa rutina. De a poco, con el transcurrir del día, mi cuerpo, va desarmándose, dicho de mejor forma, es mi mente la que se desarma, la q
Has escuchado, o quizá, solo fue la inesperada casualidad. Has escuchado, y has dejado en aquellos rostros lágrimas de felicidad, el ahogo de las buenas nuevas. La noche, se retira en pocos pasos más, la despedida no acaba, un adiós, con deseos de un nuevo encuentro, un espacio vacío y un silencio víctima de la palabra. Recuerdos se dibujan en tristes paredes, ventanas que no muestran el cielo, asomo de una pequeña anécdota, risas forzadas, apagadas por el ahogo del llanto. La luz se aleja un poco más, luces frías vuelven para engañar la vista, los brebajes se suceden uno tras otro, las palabras se mezclan, nada dicen. Un frio espacio, guardado entre metales y golpeadas paredes, un frio espacio, que se deja ver, las palabras que se esperan, saldrán de allí. Asomo, casi tímido, de un interlocutor, agotado, semidormido, avalancha de cuerpos, solo detenidos por la palabra. Risas, verdaderas, llantos, de alegría,
Incinera mis mañanas, pon mi presente en una pira, destruye todo lo que he sido, que nada quede en la tierra. Al filo de una obscura caída, es mi deseo, ser convertido en cenizas, a un largo vuelo del cual conozco su final. Convierte todo en cenizas, espárcelas por los mundos, que el tiempo jamás pueda unirlas, que nada pueda renacer de ellas. No olvides, borrar los rastros, límpiame de cualquier recuerdo, borra mis huellas de cualquier camino, que no se sepa, que he nacido. Dejare un lugar, un espacio, llénalo sabiamente, no quise sobrevivir a nadie, solo irme en cuanto abras mi puerta. Hoy, soy yo quien la abre, y cierro antes, la que a mi lado has abierto, dejo mi lugar, para él. Abro mi puerta, y veo al fin, un sentido para mi vida.
Lo sabías, aun así, escogiste ignorarlo todo. Frágil es la vida, nos corroemos, lo sabes, eliges tapar tus ojos, nos desintegramos, cada nuevo sol, una nueva marca en las rocas, un sol que nos derrite, cual cubo de hielo. En silencio, ves tus manos, ese no eres tú, quien ríe a tus espaldas?, es que aun no lo sabes?, o has tomado a la ignorancia, como tu fiel compañera? Despierta. Grita. Sabes que la carne tiene su precio, sabes que eres débil, sabes que alguien, ríe cada vez que escondes tu cabeza. Corre contra el viento, no escapes, no temas, no debes hacerlo, que tenga tu estancia, un motivo, que seas el que perece de pie, que no se arrojen sobre ti, que no te ahoguen, despedaza cada obstáculo en tu camino, y jamás, hacia atrás debes mirar. Que las lagrimas, te encuentren de pie, quemándolo todo, arrasándolo todo, no dejes, que las risas, te desplomen. Tus golpes serán más fuertes, ensord
Simplemente, no existe camino que lleve mi cuerpo lejos, lejos de ti, el sol espía en la entrada de mi cueva, mi sombra arde. Mi alma escapa lejos, mi sombra desaparece, correr en bosques desnudos, mantos de hojas muertas descansando en seca tierra. Interrumpo el descanso, escapo, mi alma, mi sombra, la primera ha escapado en la noche, la segunda se ha convertido en cenizas. Con ellas, la esperanza, la fe, se arrastran a mis pies, moribundas. Piso los cuerpos, de lo que fueran verdes y vivos mantos, todo me rodea, todo aquí busca separarme de mi sueño. Donde estas ahora? Dónde estabas cuando me asesinaban, cuando mi alma me abandonaba? Extraño, pero solo a mis ojos, el día acaricia al resto, solo veo cenizas árboles secos y estas aves muertas a mis pies. Lejos, tú, tan lejos, yo tan cansado, demasiado. Dejo que la muerte suba por mis pies, he dejado de correr, antes de tapar mis ojos, no tan lejos, mi

Juegan

Juegan, y se van, desde lejos vuelven sus cabezas y ríen se burlan, y allí, arrastrándote, moribundo, dejando lágrimas en tu huella, mezcla de sangre y agua, gimes, lloras, preguntas, "por qué?" y los brazos se dan por vencido, el movimiento es solo el de tus ojos, lentamente, cerrándose, para siempre, y nunca más, jugaras.