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Mostrando las entradas de abril, 2011

03-04-2011

Un despertar sin sol, un abrir de ojos a la negrura de una mañana que se lamenta, mojándonos, lavando nuestras caras con sus infinitas lagrimas. De ellas, beber, y sentir esa tristeza en el alma, de ellas empaparse, de otros lamentos, aprender. Los de un cielo, que a todos nos cubre. No solo son suyas estas lagrimas, no, son de cada una de nuestras penas, de aquellos que las elevan al cielo, buscando un respuesta, un pequeño motivo para seguir. De nuestros rostros, hacia la tierra y de ella, al infinito cielo. El hombre, tan ínfimo, tan efímero, cuando toma en cuenta su existencia, es allí, cuando el vasto cielo se convierte en su confesor. Y nuestra tierra en las manos que sostienen sus lagrimas. Solo cuando su finitud es presentada a sus ojos, cae de rodillas. Cae y ruega. En vanos ataques de odio hacia toda una creación, solo resta caer. Resignación. Caerás, tu nacimiento, tu fin, todo es uno. Lava tu cara y bebe el agua que cae para ti. Deja que rueden por las marcas de tu r