Poesias y prosas oscuras

  Mas Alla   Las horas obscuras no aplauden, no contendrán tus pesares con abrazos, solo caen como lanzas sobre ti, de a poco absorberán todo de ti, y de golpe seco…todo tu aire, tu aura, tu imagen, si bien, habías desaparecido hace mucho tiempo ya.   Allí, no era la tierra, la obscuridad eras tú, tez pálida, cuencos negros, tus pupilas ya no están allí, arrodillado en ese hueco en el tiempo, solo puedo desgarrarme y dejarme llorar, siento tu pena, y mi pecho se resquebraja.   Cae la mitad que faltaba, las horas se alejan despavoridas, pues la noche se desploma sobre los secos pastos, y allí, confusión de negros colores, desapareces, cuerpo agotado, músculos acalambrados por el llanto, manotazos a la noche, y no, ya no estas allí, porque allí, no era aquí.   http://poesiasoscuras.blogspot.com.ar/

  A que le tenés miedo pajarito, si lo único temible acá, y hasta ahí nomás, es la huesuda y esa guadaña oxidada con la que se la representa, porque anda a saber, a lo mejor viene con un rastrillo de esos viejos, hecho pelota por la cantidad de cabezas duras como la tuya que debe haber tenido que hacer partir del suelo de los vivos (aunque algunos estaban muertos ya).   Mira, vos no podés ser un sabio, ya que solo te enfrentas a la ignorancia de los demás, eso no es sabiduría, eso no es nada, sos un puñado de mentiras y frases armadas con palabras extensas y difíciles de pronunciar. Así que sábelo, la ignorancia de los demás, no te convierte en un sabio, punto.   Cuando iras a entender, que este cuadro está compuesto por más de dos colores, muchos más; cuando entenderás que mientras la lluvia se arroja festivamente sobre los cuerpos acalorados, te evitan a vos, todos están empapados y relajados, todos, menos vos, y eso que hoy llovió a lo tarado.   A ver,...

  ESPERA   Te veo en mis sueños, sueños artificiales sueños de místicos elixires, solo así puedo verte, me ahoga la pena de volver, profunda boca sin fondo en esta tierra en este pedazo de vida que me has tirado, qué grande es este dolor, se arraiga a mis partes vitales y tortura a las invisibles, ¿cómo explicarlo cuando es imposible?, pues esta pena no debería existir.   El invierno, seguido por otra temporada helada, me abrazo a mi sueño, me abrazo a eso que te trae aquí, los árboles, sus sombras, son testigos de este momento, nos ven, estamos bajo su sombra, aunque el invierno cale los huesos, pasan los desfiles, el de los muertos, máscaras, música y casas de madera vieja, llevamos a nuestra serpiente de paseo con la gastada correa de cuero, los seguimos y reímos, bebemos eso que nos dan, quema, pero nada importa.   Nos miramos y reímos, estamos aquí, estamos en la cima, los muertos bajan de los hombr...