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Mostrando las entradas de agosto, 2009
Reza, no hoy, quizá mañana, pide pan para el camino despojate de todo, corre. Despierta, no hoy, no en este día sino dentro de ti mientras tu cuerpo aun duerme. Toma el camino, no recuerdas mientras vives, invisible a la luz del día, tan visible y vivo al dormir. No encuentras nada y corres, no busques, no preguntes, ilógico sera razonable morir sera siempre volver.
Repentino, un corte en la boca, gota de sangre que se arrastra fuera, la caída de un ave, tus pies son testigos. El cielo se ha incendiado, el oleo distante, ese que veías, se ha corrompido. El vasto y verde valle, carbón y llamas. El árbol, ceniza, brazos que sangran. Carnicería sin fin, en el aire, en la tierra. Despojado de todo, es tu tiempo de arder.
Días extraños, tras vidrios llenos de polvo, telas manchadas por los dolorosos abrazas del sol. Inclinado, en ese, tu lugar de reposo, cubierto de buenas intenciones y mentiras. Delirando, soñando con rostros horrendos. Deformes paisajes de delicada locura. En el intento de reír, dañas tu rostro, una lágrima corre a denotarlo, tu ojo se ahoga en sangre. Mientras tanto, ves secarse los arboles, lejos de ti. Rostros, voces, risas, logran que tu cordura muera entre ellas. Abre paso, el delirio y la locura vienen por ti. Pensaras en otra vida, veras otros paisajes. Todo en tu cabeza, será lastimoso, horripilantes sucesos de muerte, de dolor, mutilaciones. Al fin, no podrás pensar en tu propio funeral. Ya estás en el.