Vastas jarras de buen vino,
cumplido aceptado.
Ojos en fiestas perversas,
saliva, caídas eróticas.

Lanzado contra la dadiva,
el exterior que cubre los cuerpos, se despedaza.
Emanando así, lujuriosa y oculta sensación,
lanzada ferozmente,
devorando los cumplidos, las ofrendas y las almas.

Ciego el exterior,
brazos caídos,
guardia que ha muerto,
has quedado a mi merced.

Débiles de la carne, sumisos a los placeres,
caen, no hay remedio.
Disfrutan, malditos personajes,
aun cuando sus cabezas son devoradas.

Comentarios

Un gusto volver a leer un comentario suyo, lamento la tardanza.

es que estos dìas he andado um
poco ocupada y sin nada de inspiraciòn, o tal vez demasiado tanto que las palabras se me aglutinan, se amontonan, se apiñan se tiran unas sobre otras y no, no quieren salir y es un poco fastidioso sentirse un poco seca de ideas o de expresar lo que tiene uno dentro.

Màs que recibir un elogio por lo que uno escribe uno desea poder un poco vaciar, vaciarse uno mismo, sin embargo tengo la sensaciòn de no poder hacer eso ahora.

Bueno que estes bien, no te pierdas y suerte en todo.
Alanah dijo…
Muy bueno ese escrito.
Normalmente leo a
E.A Poe
Lovecraft y
Stephen King.
Otro no tan conocido quizás
Juan Ramón Biedma.

Saludos.

Entradas más populares de este blog

Tus patas otra vez