Ir al contenido principal

Angeles caidos



Ángeles caídos,

las alas que de sus espaldas
se erigían imponentes,
solo son,
ahora,
cenizas,
y ramas hacinadas,
el fuego,
la metamorfosis,
el ángel,
ahora,
demonio.

Azotando con tu voz,
lo inútil de su caída,
la caída fue por ti,
“las mentes,
de ustedes,
carne sin alma,
son frágiles”,
replica el caído ángel.

El látigo lacera su espalada
que antes albergara esas alas de hierro,
perecerás
a causa de tus ideas,
las consecuencias,
están en marcha.

No más fieles a tu guardia,
has fallado.
“Tú has desviado tu camino”
el ángel grita,
entre sangre y dolor.

El tiempo otorgado
está contando tus últimos
granos de arena,
desgarraremos
lo que tú llamas
el maldito milagro de vivir.

Serán, seremos
los nuevos malditos.
Era parte del azul,
gritaba el excremento celestial,
ahora soy fuego,
y maldad,
la contagiada por esta tierra
infecta, putrefacta.

Mi bandera es la muerte,
la tuya,
será la tela que te cubra,
destruiré tu carne,
tentare tu alma.
Nada has aprendido,
estuve siempre cerca,
intentando limpiar tu alma,
tu mente,
ahora he sido expulsado
por mi fallida tarea,
y tú, tu vendrás conmigo,
a los impiadosos cuartos
del infierno.

http://poesiasoscuras.blogspot.com.ar/

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Recuerdo fugaz de aquellas llamas que alguna vez me rescataron de un asolador invierno, cuando ya solo creía que la desolación y un frio vivir era todo lo que existía. Llamas que se han extinguido, olvide su lento proceso, el que yo había iniciado, mi mente vagaba por otros mundos, y mi cuerpo, casi sin vida, allí, entre brazos que iban escapándose sigilosamente. Encerrado, mis ojos no desean abrirse hoy, descansan en la obscuridad, tus brazos han escapado, el castigo es claro y el frio se cierne sobre mi otra vez. Una prisión, construida por mi egoísmo, una realidad que me aprisiona, un mundo en mi mente que me libera, abro un instante mis ojos, no ven nada más que espacios en blanco, que dañan, que muestran la irrefutable verdad, escucho a lo lejos una palabra, un puñal. Habitaciones vacías, sueños que se desvanecen en un interminable blanco, mientras me encuentro solo aquí, ya no hay fuego, me ahogo en un f
  Como ha de ser posible que la cumbre del dolor no sea física, la carne se desvanece en el abre y cierra de una estrella moribunda.   Si recorres este tramo final junto a mí, podría decirte, pequeña noche, que te extraño, pero no he sido tocado por ese tipo de sentimiento o sensación, lo que siento es dolor, en otra dimensión de este cuerpo, de esta cabeza que dirige.   Atrás quedaron los días en que mi cuerpo vencía furiosos ríos, caídas en rocosas montañas, atrás quedaron, porque me los has robado, solo me queda la ceniza de algo, y la nada, soy tan ignorante que no me queda nada.   Te rodeo para ver lo pálido de tus ojos sin vida, descubro, que tienes dos espaldas para darme, el sabor amargo no se va, todo es normal, normal, estos Domingos de caída infinita, vacíos que jamás serán llenados.   Escapar no es una opción, dormir, quizá, solo si marcas una cruz en mi frente, solo si incendias el lecho, solo si el viento sopla,

Reloj

La velocidad del tiempo, ese tiempo, la velocidad de su “no” vida, su “no” muerte, su fugaz paso, tantos rostros, tantas manos, las palabras se amontonan, las hojas, en brillante blanco se visten, los ojos enrojecen, la debilidad lo asquea, lo precario de los cuerpos, lo aflige.   Sabe que esto, es la mejor y más cruel broma de todos los tiempos, desafiando a quien reirá al final, desencajada carcajada, mientras mira al cielo.   Ya no ríe, solo se mueve, no fue niño, pues no hay pasado, no fue viejo, pues destrozo su futuro. Y hoy está aquí, como la lluvia, va, viene, amado, odiado, ignorado, el tiempo lo borrara por completo él lo sabía, y, aún así, ríe. http://poesiasoscuras.blogspot.com/ E.I.