Sin tus ojos


Las manos que rozan, frías y despiertan al cuerpo,

no existen,
no tienen cuerpo, no son manos,
repasa los limites en su mirada,
ya ve cada vez menos,
no ve el abismo,
en el cae,
no ve, no entiende donde está la línea que lo define,
camina, pero se mueve hacia atrás,
arrastra pesadas cadenas, sangra su cuello,
el aire duele, entrecortada respiración,
camina y llora, fatídicos finales se encienden en su mente,
el paisaje es rojo, mas no anochece, no amanece,
es rojo
es la sangre en esos muertos ojos,
muere, pero aun habla,
preguntas, y más preguntas,
asustado ahora corre,
el corazón así lo dicta, el cuerpo obedece,
su cabeza se interroga,
hay un sonido, y sabe que es,
sabe que significa,
son las trompetas de las que hablaba aquella historia,
cada vez más fuertes,
más cercanas,
ya no corre,
solo se arrodilla,
el ultimo sonido que escarban esos oídos
es el del aire siendo cortado
por la daga que ciega,
ya no más el sol en sus ojos, doloroso sol,
la pregunta
y esa embriaguez que da el sueño,
embriaguez que lo acompañaba todo el tiempo,
la sensación de estar, pero nunca ser.
Adiós, ya no se oirán tus pesados pasos al caminar,
adiós, esto pesaba demasiado,
adiós, me llevo tu carga,
adiós, y verte pronto, es mi deseo,
adiós, tu cabeza no tiene ojos para mí,
adiós, aun así, podre verte.


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Tus patas otra vez