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Dormir y dormir

No quiero despertarte, envidio esa manera en la que duermes, mi cuerpo hace ya, creo, ciento cincuenta días que me despierta con agujas oxidadas, la música no logra cerrar mis ojos, solo sueño despierto, estos cielos, estos descansos en tabletas, tampoco logran el cometido. Pateo botellas vacías y logro sentarme cómodo para observarte dormir.

No es tarde, no es temprano, ya no se donde se ubica el tiempo, el solo verte así, me relaja, duermes, como duermes, te mueves, eso dice que estas soñando, ¿estas corriendo?, por donde andarás loquito.

Jugar un momento contigo, pero no quiero despertarte, no quiero despertarte.

El lugar es mas hermoso contigo aquí, aunque un poco mas allá, caen bombas, se encienden piras para los traidores y los que perdieron su alma, tengo una invitación, mas no es para presenciar tan demente acto, sino para ser elevado (o pisoteado) en fuego.

Pero no te preocupes, me quedare aquí, entre vidrios y juguetes redondos, sentado contemplando la paz que emanas, como duermes, envidio esa forma de dormir, ha pasado un día más, supongo, pues mi boca esta seca.

Nada me importa, solo verte descansar, dormir tan profundamente, que, hasta relajas a todos a tu alrededor, no siento sueño a pesar de estos días en mis espaldas, mis ojos avisan hinchados que quieren ver obscuridad por un momento, pero yo mando. No rotundo.

Te veo dormir, no quiero despertarte, ni que nadie venga a molestar tu profundo dormir, aunque muera de ganas de sentarme a tu lado, no quiero despertarte.

Hermoso te ves, no voy a despertarte, apoyado silenciosamente en el vidrio te veo mas cerca, otro arco de luz y obscuridad, otra tormenta, aunque despiadadas voces digan que no podre llegar a dormir a tu lado, resistiré a que me arrojen a esas llamas, malditas voces. Espero no te despierten, no te asustes si lo haces, no te despiertes, duerme, duerme.

Cuando pase la tormenta, saldré y vos me llevaras de la mano, soy tan inútil que no conozco los caminos que me vieron nacer.

http://poesiasoscuras.blogspot.com/




Comentarios

Esas malditas voces que no se callan hacen tanto barullo que hasta las puedo oir, es tan intensa la prosa que no puedo dejar de leer, de sentir, parece que estuviera viéndolo, del mismo modo que él mira al niño dormir ese sueño tan plácido.
Ariel

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