Despertar,
ojos doloridos,
golpe en la ventana,
vidrio rajado,
quebrado rayo de sol,
el autor ha firmado con sangre,
pequeña ave, has sido engañada,
el reflejo te arrastro a tu final.

Despertar,
sentirse esa ave,
solo que camino, corro,
hacia luces enceguecedoras,
engaños luminosos
que me consumirán.

Ver como se consume el afecto,
ver desvanecerse mis débiles creencias,
insisto en ocultarme bajo mis sabanas,
pero el maldito ruido y esa odiosa luz,
lo arruinan todo para mí.

He sentido al demonio de los sueños en mi pecho,
absorbía vida de ellos,
dándome a cambio,
solo temor
y el posible jamás despertar.
Ha fallado,
el inescrupuloso amanecer ha invadido la casa.

Ríe, en alguna parte, lo sé, está riendo.
Allí afuera,
demonios esperan sobre la puerta,
no estaré solo,
asechan, esperan al mínimo de los descuidos.
Tormenta que se avecina,
y un día que se disfraza de noche.

Falso día,
eterno calor de tu compañía,
creo que es el momento de mirarlos a los ojos,
demostrar que no hay temor,
demonios que vagan de este lado,
todo se lo llevan, y más desean.

El cielo oprime,
la tierra hierve,
agua que comienza a caer,
el día aún sigue jugando a la noche,
y yo, buscando una salida de aquí,
pregunto al viento,
donde he de ir?.

Si aquí no estas,
en fríos y muertos recuerdos te encuentras,
de nada me sirve,
no hay una mano salvadora para mí,
caigo espantado,
en ese momento te dibujo en mi mente,
el recuerdo hierve,
me levanto,
y marcho desangrándome de aquí,
otra maldita vez.

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