CXI
Amarte, y no
necesitar nada más.
Sentir en mi
cuerpo como fluye roja sangre.
No hemos
venido para perecer en soledad.
No hemos
imaginado la soledad como nuestra eterna compañía.
Deseamos
alguien en quien derramar nuestros fracasos,
quien nos
aliente, quien apague el fuego helado de la soledad.
Solo por
eso, debemos obligarnos a amar.
Para
sostenernos unos a otros.
Dejare fluir
mi sangre,
te alejare
de mí, recordare con dolor.
Nada sentirá
mi cuerpo esta vez.
Podre
dejarte ir y abrazar la soledad una vez más.
Comentarios