Encrucijadas



Di que no existe más que el nervio del dolor

dolor y pena,
dime, dime sin tapujos
que es permanecer inerte,
así, como tú, dentro de las agitadas
olas del tiempo,
crees, será tu salvación,
grita mientras puedas,
grita y grita,
allí, en la costa,
la muerte espera
tú te las ganado,
ella tiene tiempo,
ella no sabe que es el tiempo,
no sabe de dolor,
no sabe de penas.

Cada piedra en tu camino,
lleva tu nombre,
cada tropiezo, cada caída,
estaba plasmada en rocas
desde hace años,
desde antes de que fueras carne,
estaba allí, tu destino,
escrito,
en lenguas que no podrás comprender.

Ahora,
llora, gime, ruega,
nada importa,
el agua no saciara tu sed,
el agua te ahogara,
el calor del día
no busca ahuyentar el hielo de tu corazón,
busca llevarte en llamas,
arrojarte al infierno,
allí donde mereces estar.

Entre lágrimas y alaridos,
buscas decir algo,
buscas las palabras que supiste ocultar,
buscas las palabras que no dañan,
quieres deshacer el pasado,
ya es tarde para ti,
has arrancado pedazos de mí,
ahora ya no puedo escucharte,
solo desearte que jamás puedas olvidar.

Que la caída sea eterna,
que el fuego jamás se apague,
que tu sed,
nunca sea saciada,
tu tristeza fingida
jamás engaño a ninguna alma,
ahora cae.

Cuando despiertes,
recuerda tus sueños,
recuerda las piedras,
el agua, el sol,
recoge tu pasado
y llévatelo,
no hables,
pues de tu boca
solo nauseabundo excremento puede salir,
bebe tus lágrimas,
pues no habrá nada más que beber.

Todo ha muerto,
tu alma se ha ido,
los ángeles,
han perdido sus alas,
el tiempo,
la muerte,
te llaman y esperan.
Y esperan…

E.I.

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