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Mostrando las entradas de junio, 2016

Cascada

El lugar que tu alma ocupaba allí en tu prisión-cuerpo, si, allí, en donde solo tú te mueves, ese lugar, es usurpado por la venenosa enredadera se esparce por dentro se esparce por fuera. Sin permiso devora tus sueños aplasta tus pensamientos crece y crece, queda de ti un ojo para que puedas ver como te desangras aquí, y tu carne, aun siente, y por ella corre un rio de sangre, tibia, perlada, roja, sangre. La melancolía te aplasta, te presiona, así se fue tu alma, así se va tu aire, así invade tu corazón, se esparce, y no se detiene, tu ojo, aun ve, tu ojo, en sangre flotando. Tus pies se resbalan, pues el rio desea llevarte, más fuerte se hace la presencia más fuerte se hace tu desgano, flotando y girando vas por el rio, y la cascada infinita escupe hacia lo más alto sus espumas pues te esperaba, te espera, y tu ojo aún no se cierra, y la espuma te cubre y te vas como lo soñabas. E.I.
Quizá, la suerte está de vacaciones, quizá el ente todopoderoso en el que muchos creen, está en receso, jugando a la vida y a la muerte. Jugando, sobre todo. Quizá, el que nos tienta con oro y poder, también este jugando, y avivando sus fuegos. Quizá, no hay ningún “quizá”, y solo hay nada. Este continuo pasar de las horas frente a mis ojos, ojos presenciando el suicidio de los días, doblegados por la noche. La noche, tan poderosa como arriba, se va, de rodillas, rogando, incendiada por el impiadoso día, que luego, de manera irregular, se va. Y puedo armar un infinito circulo de palabras sobre la muerte y esa resurrección del día y la noche. Opuestos, pero necesarios. Divago, ya lo sé, pero esta pared helada me da tanto para pensar, veo ir venir los rostros, ruidos que de tan enervantes se silencian (finalmente), no veo risas en los rostros, solo ojos hinchados, malestar y lágrimas. Las blancas luces hacen que el día perezca temprano, las ventanas cerradas dejando a l

Otra noche

Traigo hacia mi la noche la obscuridad que espero, la tengo justo aquí, solo bajar los parpados y allí dejarlos, partes de mí que puedo aun controlar. Detrás de tu manto todo es igual y no se consume mi ser, el ángel y el demonio comparten la misma sangre, victima para uno, salvación para el otro, más la sangre, siempre la misma. Aquí nadie nos domina, la igualdad que nos da la obscuridad. Detrás de mis ojos todo está allí, por fuera se acumulan laceraciones de la realidad, inquieta, celosa, por no poder entrar, aquí, el lugar detrás de mis ojos. Los colores son uno o dos o tres, no más, todos los lugares son uno, todos nadie, nadie, me uno con los despojados a beber y beber, hasta que mis ojos vuelvan a cerrarse, hasta que mis parpados ya no quieran subir, y aquí dormir. En la noche tras la noche, tras la noche. E.I. poesiasoscuras.blogspot.com.ar

Ojos (XII)

No deseas caminar por estos mis verdes senderos, seguros, pacíficos, y pintados también con otros colores que he encontrado aquí en mi paleta. Pues con tus ojos, ¡ve! deja que absorban las almas, ellos te dejaran solo por hoy sentir al ver. La tristeza te apaga, el dolor te revive, lástima, odio, sientes lo que ya conoces, y lo desconocido también, sientes el amor, pero no en ti, sino a través de tus ojos, aun desconoces tanto. Estas abatido, destrozado, por dentro por fuera y solo has visto un poco más que nada. Al intentar buscar ponerme de pie, noto que mi cuerpo prefiere el beso de la tierra, y en ella ocultarse, entonces allí y solo allí respondo. Si he visto poco más que la nada y el dolor, la pena y todo eso que das me ha dejado en este lamentable estado, es claro que desprecie tu cuadro, tus verdes senderos, tus colores, pues solo he visto, dolor, y aquí estoy, en la tierra, y mi

13062016

Sin que haya sucedido absolutamente nada, pero nada, solo un torbellino de pensamientos que desacomoda mi cabeza, y me trae imágenes pasadas, imágenes futuras, inventadas imágenes futuras y espero que, cuanto más alejadas estén en eso llamado futuro, ¡mejor! Imágenes borrachas que rebotan en mi cabeza, y logran que mi cuerpo tiemble, que los escalofríos recorran mi espina, que mis lágrimas asomen por estos rojos ojos, rojos por un dolor que no existe, una pena que llega inventada, bosquejada, ni siquiera un presagio, pero es un lamentable realidad, no ahora, luego, que como lo grite antes, espero que ese tiempo que aún no existe, este bien lejos de aquí, y que cuando se acerque, no me encuentre por estos lados. Te lloro, pero aquí te tengo, te lloro, pero allí te veo, te lloro y vienes a mí, te sigo llorando, aun mientras te toco, me ahogo en lágrimas y aun lames mis heridas, y mi garganta se quiebra, mis ojos ya duelen, y tú, te duermes a mi lado. Y calientas este cuerpo y

Viajero

El viejo sol, aquel que a tantos a sacado de sus jaulas de hielo, a tantos a despertado, a tantos recibido. El mismo que al tiempo, da su espalda, a ese implacable paso del tiempo, que todo lo reduce, que todo lo borra, el viejo sol, lo ignora, mas es sabido, que cada cosa, cada ser, poco a poco se apaga, poco a poco, se va. Cenizas remontándose en furiosos vientos, ¿es que nos traen visiones del final?, y tú, que sales de tu reposo, luego de tan crudo viaje, ¿tienes alguna palabra que quieras compartir? El sol, molesta a tus ojos, te ocultas entonces, lejos de la luz, lejos del calor, te abrazas a la obscuridad de las cuevas, y allí te relajas, en húmedas y obscuras cuevas. Tus ojos se cierran, para llevarte en profundo sueño, tu cuerpo no lo sabe y aun continua sus movimientos, tu alma se escapa bailando al compás de los tambores, tu pensamiento, tus sueños, tan obscuros como esta cueva. Despiertas, pero aun duermes, todo es involuntario, todo será la verdad ahora, Tus

Sueños(XII)

Grita el cielo “te he perdido”, entonces ha de existir un cielo, un último lugar, inexplorado aun, para tu alma, para lo que vuele, una vez que tu cuerpo repose aquí, en la tierra, en el cemento, o en los obscuros pensamientos de tu muerte. Y caías entre brazos de fuego, brazos que no detienen la caída, el fuego sale de tus ojos, ya formas parte de él, y quema y arde, pero no consume al cuerpo, la carne, solo el resto, entonces… existe, ha de haber un averno, en donde el reposo y la paz son cenizas. Ambos sueños, despiertan ahora tus dudas, todo era tierra, rocas, y nada más, tú eras otra roca, en medio del azote de las olas, los caprichos del viento, seca por siempre, esperando caer. Entonces… dicen tus sueños, ¿hay vida en tu cuerpo? ¿tenías una? estuviste siempre aquí, y jamás notaste lo cruel de la historia. No veras ángeles descendiendo ni ascendiendo, no será la paz lo que reine, solo c

Todo

Amigo mío, cede a mis manos, a mi pluma, solo dos hojas de papel, y en ellas resumiré tu paso todo eso que llamaste “vida”. No miento cuando digo, que todo se transforma en una gran mentira, una maliciosa broma, podemos apreciar el mal gusto del que con ellas juega. Quisiera no cuestionarme por qué sonrío por qué respiro, si aquí es donde no prefiero estar, y tú, con tus historias de finales felices, me enfermas, empalagosos finales La muerte, tu final, el mío, nada más apreciado por la vida que la inminente llegada de ella, en sus sedas, con los rostros que deseas ver, las palabras que tus oídos ansían escuchar, y el brillo final expulsando todo de ti. Nada queda, nada te llevas, eres un final mas en esta broma infernal, siempre dejando vida, respirando muerte, futuros borrosos que sabes no existen, entonces… ¿cederás tus dos hojas? ¿querrás ver escrito lo poco que es tu todo? E.I. http:/