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13062016

Sin que haya sucedido absolutamente nada, pero nada, solo un torbellino de pensamientos que desacomoda mi cabeza, y me trae imágenes pasadas, imágenes futuras, inventadas imágenes futuras y espero que, cuanto más alejadas estén en eso llamado futuro, ¡mejor!

Imágenes borrachas que rebotan en mi cabeza, y logran que mi cuerpo tiemble, que los escalofríos recorran mi espina, que mis lágrimas asomen por estos rojos ojos, rojos por un dolor que no existe, una pena que llega inventada, bosquejada, ni siquiera un presagio, pero es un lamentable realidad, no ahora, luego, que como lo grite antes, espero que ese tiempo que aún no existe, este bien lejos de aquí, y que cuando se acerque, no me encuentre por estos lados.

Te lloro, pero aquí te tengo, te lloro, pero allí te veo, te lloro y vienes a mí, te sigo llorando, aun mientras te toco, me ahogo en lágrimas y aun lames mis heridas, y mi garganta se quiebra, mis ojos ya duelen, y tú, te duermes a mi lado.
Y calientas este cuerpo ya frio hace tiempo, y no puedo dejar de llorarte.
Estos recuerdos de un futuro tan lejano, pero que en algún momento de nuestras vidas, será el presente, será real, y como todo presente, y como toda realidad, da asco, me da nauseas, me da ganas de quedarme quieto, quizás así, no me veas, maldito tiempo, maldita este pasar, maldita broma que nos han gastado los idolatrados, maldita broma.
Me quiebran ahora, y volverán a hacerlo, estas imágenes que me das, son una amenaza, me amenazas, a mí y a todos, mas no todos pueden conectar recuerdos futuros, con lo que sucede en el presente, y ni me hables del pasado, pues es cada palabra detrás de la última que lees. Escribo y a cada espacio entre palabras, pasado, pasado, pasado…

Enojado y quebrado cierro mi puerta, vuelvo a encerrarme en mi obscuro agujero, no quiero que me vistas con tu luz, no quiero que me muestres los milagros de la creación, los colores, y todo el resto, ya nada importa, no quiero ver más nada, que la obscuridad, que la noche artificial, maldigo a cada rayo de luz que se atreve a molestarme, cállense todas las voces, no quiero que nadie entre aquí, no soporto ni mi cuerpo.

Y en soledad, vuelvo a llorarte, más despacio, más tranquilo, pues sé que es una treta de este bromista, igual, mi cabeza baila, mi alma duerme y mi fe se ha quedado del otro lado de la puerta.

Como poder abrazarte, si eres un fantasma, como no han de crecer las flores en este jardín que me haces ver, si un poco más allá, estarás, correteando como siempre, oliendo las flores, saboreando el aroma de los verdes pastos.
Y yo me deshago en tu mirada, y a tu compañía me entrego, eres inocente, pero en verdad, no en palabra, puro e inocente, no conoces la maldad, no te has contaminado por el odio que este entorno exhala, no. Y sé que nunca lo harás.
Creo que si había un corazón dentro de mí, está quebrado, destrozado, por una maldita amenaza, del futuro, eres cruel, bromista, realmente cruel.
Te llevas a los que deberían quedarse, y antes de que sean tuyos nos enfermas y nos enloqueces con estas imágenes.

Como poder dormir, si este pensamiento no se borra.
La noche ya está aquí, y me espera, entonces abro la puerta y que se llene de ella, y allí afuera, esperando, estas, y me ves, y vienes y nos fundimos en un abrazo, y en ese momento todo se borra, solo existe ese momento, ese abrazo, el calor, aunque la noche este tan fría que congela nuestras lágrimas, y que la noche entre, y que nos hiele, no nos importa, pues nada nos toca, es este momento, es ahora y nada más. Y el maldito futuro que me han bosquejado, ya no esta, desapareció, por suerte, desapareció.
Y aquí me quedo ahora, en este momento, congelado, fundido en el abrazo, por siempre.

E.I.

http://poesiasoscuras.blogspot.com.ar/

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