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Mostrando las entradas de noviembre, 2016

El dia

¿Dónde estabas cuando el fin de los días golpeaba furiosamente las rejas de mi casa prisión? ¿Donde? Fantasmas del pasado y este futuro se mezclan y ya no pueden atravesar paredes ya no pueden dormir en los cuerpos, ¿dónde estas cuando las cadenas comienzan a caer sobre las cabezas? Horrores que solo he soñado, dibujados frente a mí, parecían de otro mundo, utópicos, y aquí, ahora, llenan mis ojos, devoran por completo el horizonte, la locura es la realidad, manos ocultas me desnudan y empujan hacia la nada hacia el abismo. Triste pequeña persona, cobarde, escapando, busco en el pasado el momento en el que tu puñal abre mi carne, busco el momento exacto en el que tu me enamoras con palabras y gestos. Los susurros eran alientos de muerte, tu jamás morirías por mi solo buscabas otra alma, solo me desatarías en la locura y tu diablo estaría satisfecho, el está satisfecho. El final, tus manos
El dolor, si, el dolor, el brujo lo conoce, él lo guarda en su cofre, o lo esparce bajo sus maldiciones, y tú, deberías conocerlo. Arena, sangre emergiendo, no corras no, solo más rápida, más dolorosa mas despiadada tu muerte vendrá. Nada aquí puede apagar el dolor nada aquí es para tu placer, todo existe aquí para tentar a tu alma, enrojecer tus ojos, y luego desaparecer, hay algo de dolor en lo inalcanzable, en la ausencia. Conoce bien la sensación, el fantasma de la memoria ha perdido sus cadenas, ya no es tan atemorizante, ya no más, y notas que tu cuello pesa, y tus manos sienten y ven, pues tus ojos rojos han enmudecido, tus manos, sienten el frio, ven las cadenas, colgando de tu cuello. E.I. poesiasoscuras.blogspot.com.ar

Rios

Siempre algo vendrá, ¿cuando? tarde, siempre tarde, mientras, aquí inmóviles, expectantes, en esa espera casi sin darnos cuenta, morimos. Te veo en una calesita, te veo en ella, veo el esfuerzo por alcanzar la sortija que te dejara otra vuelta, que te dejara saborear un poco más de vida, tú crees, aun, en la maldita sortija. Nada bueno surge de tus palabras, las que dejas en aire, nada bueno hay en tu después, en tu espera, en la espera que me obligas que me empujas a tener. Pido cierres tu arrogante boca, y que tus palabras vuelvan a ti y te destrocen, como lo hacen con quienes aquí estamos. Juega tú, si es lo que quieres, no molestes a los que no quieren hacerlo, al menos, ya no más, los que jugaban y se fueron, los que nunca lo han hecho, fueron los primeros en ver, y tú, jugando y obligando, logras alimentar tu ceguera. Vemos los negros y blancos, los brillantes soles, las brillan

Terrenal Fragmento 2

V Regresando un poco a la línea de tiempo sin cambios, recta, planchada, sin ruidos, sin emoción, la realidad en su más puro “ser”. Volviendo a ese punto, a este punto, comienza una profunda conversación, pero la misma sucede sin segundas partes, yo, como segunda parte, no participo, solo escucho, esta conversación extraña sucede entre él y él. Pregunta y respuesta, anécdota entre paréntesis, algún pegajoso e inútil recuerdo del pasado, y no hay espacio para segundas partes, todo existe en uno, en una misma sentencia, el problema y la solución, la prueba y el error. Noche, hora no recuerdo, nuestros estados, eso tampoco lo recuerdo, y tampoco es algo que importe o que haga que la historia cambie. “Lo conocí de muy joven, lo conocí sin querer conocerlo, a su vez el existía sin quererlo, pero aquí estaba el, estaba yo, negando lo que era y no podía ser cambiado, al menos sin tomar medidas drásticas. Como decía, lo conocí, podría decir que sucedió, como sucede un accidente, fu
Vergüenza (?), obscuros pensamientos cubren el sol, la mirada, desde lo más profundo son expulsados, la luz, afuera contra ellos rebota, asustada retrocede y la sombra se desparrama por sobre las almas. El único lugar al que pueden llevarte es al profundo dolor el de la carne el del alma al dolor del nacimiento el agrio momento ese en el que sabes que ya no eres inmortal. Sedas negras, grises nubes, allí, envejecen con tu piel obscuras grietas, obscuros lugares del alma, más cerca cada noche de cubrirte con su manto. Frio manto, frio deseo, muertos miembros. Hundiéndote en la vergüenza por la negrura de tus visiones, pero es ella, no tú, quien obscurece los pensamientos los sueños, deberías dejar tu idiotez junto a tu vida, ningún pensamiento debería avergonzarte, nada de lo que hagas, las cadenas del arrepentimiento te ahogaran antes de la hora señalada, expulsa a la vergüenza entiérrala pro