CANSADO
CANSADO
Si hermano, voy a vomitarlo todo de una vez, no voy a
buscar ni una maldita metáfora para ocultar las verdaderas palabras que deben
usarse, no importa ya, si suenan fuertes, hieren, o lo que sea, si los oídos
son débiles, pues lo siento, en realidad, si eres de ese tipo, mejor sería que
te retires, pero deberías saber que la verdad, hiere, mucho, y no por eso,
desaparecerá. O a esos que andan por ahí con sus palabras de diccionario,
también les digo, no soporto esas caras de horror agrio cuando les entonas una
mala palabra, que, en realidad, es tan solo una palabra, no hay buenas ni
malas, sin embargo, hay palabras que no deberían existir, todo depende del
momento y el contexto, y de cómo las absorba el que tenés al frente.
En definitiva, crudo y asqueroso, para Uds., los de
galera blanca y zapatos de seda. Imbéciles de fin de semana. Idiotas todo el
tiempo. Desperdicio de aire y alimento. Una lástima.
Yo soy un desperdicio en mi propia existencia, pero me
doy cuenta y pienso arreglarlo, devolver todo de una vez y por todas, malditas
hediondas lacras.
Harto hasta los huesos, asqueado, mi cuerpo maldecido al
nacer, se va desintegrando en cada estación, siempre, pero siempre, algo falla,
existen largos días para efímeras noches, nunca al revés, hay vida para que
mueras. Sin la existencia de lo primero, no habría necesidad de lo segundo.
Cuál es tu reacción al escucharme decir que quiero
permanecer durante los siglos venideros, exactamente igual, una foto, tu
reacción es agotadora para mí, todos reaccionan igual, no hay ningún innovador.
Mentes de primates, pequeñas, incapaces de crear algo nuevo, una mueca nueva en
sus caras, nada. Perdón, a sus altezas, los primates.
Cortar todo y de raíz, permanecer inalterable por siglos,
siempre igual, siempre el mismo. Solo que, sin permanencia física en este puto
mundo.
Ya me cansaste mundillo de propagandas, todas tus
mierdas, toda la sangre que demandas para mover tu diabólica maquinaria, tanto
demonio moviendo la cola por ahí, y los ángeles existen, dicen por ahí los de
sotana (aquí mi risa es tan profunda que debo vomitar), lo vociferan mientras
de la mano llevan un osito de peluche y en la otra una bolsa de caramelos,
existen, bueno, ninguno he visto, pero el loquito de la esquina, que se cree
todo lo que dice el libro de ciencia ficción más vendido de todos los tiempos
(si maestro, por si no entendiste, la Biblia), dice que de verdad están aquí,
defendiéndonos, me rio, y me rio mucho, para mí, le digo, tus palomas están
jugando al póker y fumando hierba, y los otros, los que si se ven, nos van
empalando y tirando a las fosas, despertáte y pensá por vos mismo, no sos
loquito, sos una obstrucción más en este camino.
Al infierno me grita que me voy a ir, si me reviento del último
piso, o le doy un besito de frente a algún camioncito. Pero hoy me siento como
un héroe de historieta, si, dibujado. Levantas la vista de esa página…y ya no
existo, un maldito dibujo.
¿Y esto?, ¿entonces esto?, ¿qué es? El infierno es esto,
este lugar, este pueblo, la estupidez que te mata, el pichón de demonio que te
ordena, esto es un infierno, hasta fuego por donde busques tenés. Acá, hermano,
los tenés a todos, asesinos, pedófilos, violadores, presidentes, curas, tarados
que se creen omnipotentes, el que te “ama” y te acuchilla, y me canso de seguir
nombrando.
Abrí los putos ojos querido, la mierda esta toda junta acá
arriba, y nosotros, tenemos que esquivarlos y esquivar sus balazos también.
Así que no me vengas con lo que me puede pasar. Si
estuviste en estas rutas, en estos lugares, que NO son verdes, que NO son
pintorescas, si alguna vez levantaste tu culo del sillón, sabes que afuera, y
para donde mires, hay basura, y algo podrido pegado en cada costado, si estuviste
caminando, entendés que la locura es una bendición, no una enfermedad, y si, tenés
razón, lo valiente no te quita lo tarado, pero no sé si es valentía, soy
cobarde, un GRAN cobarde, y si, estoy demasiado agotado, cansado, se me acabo
la gana, y me voy al costado de esta ruta, me canse, ya no camino más, voy a
verlos pasar, y después no pienso volver a levantar mis parpados, ni loco, ni
tarado, ni valiente, ni nada. Yo, en todo su esplendor. Yo. Me canse de la
película, la mañana, de la comida y reír robóticamente, de moverme, de ir y
venir, ¿hay alguna palabra en tu fino vocabulario que suene más fuerte que decir
HARTO hasta los huesos?
Y si, esto de vivir, de una forma u otra, te hacer
sufrir, mucho, profundamente, y se convencen, que, tomando media de esta, una
de aquella, y dos por la noche, vas a andar perfectamente bien. ¿Sabes? No, no
es así, no andas bien. Eso es la propaganda en la película.
No hay nada que sirva para bancarse esto.
Seré débil según tus leyes, tus normas, pues bien, no me
importa ni molesta, seré débil, y no me importa porque vos también lo sos. Pero
en algún tiempo, corto, para mí, seré muy otra cosa.
Pero…
No te preocupes demasiado (nunca lo hiciste), están
jugando con mi mente, y puedo estar alterado, paranoico a veces, pero se va,
como todo, se va.
Lo que no es bueno, les toca a todos, pero en algunos
casos, los malestares de esos tropezones, palazos o caídas, los impulsan hacia mí,
debo asimilar mis cortes, y los de esas personitas de cerebro subdesarrollado,
debo lidiar con sus “problemitas”, y recibir sus hermosos insultos, ya que, al
permanecer en ese estado “cerebro de rata”, entienden que este, o sea yo, soy
el responsable directo por sus malos pasares. Idiotas, simples idiotas, ni
siquiera llegan a idiotas complejos.
Mis enemigos, no valen la pena.
Así es como se dio mi querido ser humano, quizás exagero,
soy de esa clase, pero así es. Cuantas veces he repetido lo mismo, si, eso de
los límites, es que es necesario, de lo contrario, ¿cómo te das cuentas que has
tocado fondo o al revés?, pues bien, besando los límites. Una vez ahí,
resuelves para que lado encarar tu vida, o lo que creas importante.
Sabes que muchas veces, en vez de subir la escalera,
prefiero bajar, y ahondar en mi tristeza compañera, tristeza o cualquier
sinónimo, es igual, tristeza suena más poético, las otras son términos médicos,
como decía, ahondar, tocarla, sentirla, y absorber lo que trae, y si se puede,
convertirla en algo útil, si no se puede…bueno, no lo sé aún. ¿Suerte?
La verdad, hermano, siento
temor, y veo como mis manos tiemblan, por frio, por temor, nervios, quizás este
enfermo o enfermando de alguna manera, temeroso, más aún que un perro que ha
vivido apaleado toda su vida, temeroso, como la única hoja atada a una desnuda
rama en otoño, el ultimo día de otoño, el ultimo día. El ultimo.
Y mi voz se apaga, y se
desprenden mis miembros, ya no puedo emitir sonidos, pues mi boca es la que
cava mi tumba.
.
.
(Si todo lo que te dije, te enloqueció,
enojo, o lo que sea, no preocuparse, los muertos no hablan, y lo dicho, ya lo
borrara el tiempo.)
http://poesiasoscuras.blogspot.com.ar/
Comentarios