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Apurado, la flaca me persigue

Apurado, la flaca me persigue

 

Rápido muy rápido, no preguntes, el tiempo se escurre por entre los dedos y viene oculto tras preguntas idiotas, o las que usas para parecer interesado o ducho en el tema, dale, dale, decí que queres, dale escupí, que te pasa, tenés miedo, vergüenza, ¡que te pasa!

Vení, manotea la botella y vení, afuera, apurado estar, ni poder hablar tengo tiempo bien,

dale!!!

 

Te apuro, te empujo, escupí, decílo, bueno o malo, no me importa, esta película empieza una sola vez, y termina menos veces aún.

Hoy, ES hoy, tengo a los fantasmas todos aquí, están acá a la vuelta del tapial, y hay uno en especial que me vino a enseñar, mostrar, sacarme lo ciego de una patada (o de un trago mirando las dos estrellas que se ven).

 

¿Qué pasa?, tenés miedo. Ya sabía. Bueno decílo y te voy escuchando mientras me voy, de espaldas para no ser grosero con vos, grita, total, los fantasmas no son como vos, no tienen miedo (creo), dale, ¡dale!

 

Y gritas…

Y te escucho…

Y no te creo…

Estás borracho…

 

Lo que decís no está bien, si yo fui el generador, yo los traje acá, yo los invoqué con esos libros del sótano de alguna Tátara-tátara-tátara-Abuela ocultista (más bien, siempre habemos ovejas de distintos colores).

Te acercas, me das la botella, abro mi mano para tomarla, pero cae al piso (probas así tu punto, tú no miedo, tu ¿tristeza?), a la tierra, te miro, y lloras, no es miedo lo tuyo, lo tuyo es no saber explicar.

El de las escaleras era yo, pero no me acuerdo. El que viene a explicar, viene a decirme que soy uno de ellos, y me esperan, ahí, a la vuelta del tapial.

 

A vos te queda tiempo, yo me perdí el principio, pues nací llorando y con los ojos cerrados, ahora…me olvidé el final.

 

Pero bueno, no me entristezco, más bien, sonrío, se viene la discusión de si existe o no, y va a estar buena, después vengo, cuando me gane mis cadenas, espérame, alguna de estas noches.

 

http://poesiasoscuras.blogspot.com.ar/

 


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