Resalta la infértil imagen de un sol,
uno que nos abraza y asfixia.
Recurrentes imágenes de la muerte
en distintos trajes, en diferentes disfraces,
en jóvenes cuerpos, en viejas historias.

Bajo mantos de recuerdos de otras vidas,
se descifra el momento adecuado del final.
Escuchando ajenas y lejanas voces,
las harás tuyas y comenzaras a hablar.
Leyendo viejas fabulas y aquellos amarillentos escritos,
entre líneas encontraras tu historia.

Todo resume en una pequeña gota de rocío,
en una gota de roja sangre,
en un frio invierno, y tu piel entregada a su castigo.
Renuevas tus lecturas, escuchas otras voces, recorres otras vidas.
Desesperadamente, buscando cambiar este final.

En esa búsqueda, no encuentras otro camino,
siempre el mismo que transitas,
quizá otros colores, otras mañanas,
pero el frio del invierno cortara tus venas.

En cada gota se escribirá tu historia,
en cada lágrima se escribirá tu dolor,
en tu cuerpo desplomado se verá el final
tal y como lo escribiste.
Caerá tu pluma, caerá tu puñal.

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