Desierto
Cercanías de un desierto infinito,
recompensa luego de haber cruzado negros ríos,
ríos de tortura, desengaño y decadencia,
recompensa o castigo?,
es que es esto el pago por jugar en tu jardín?
si esto es el final del juego,
antes, necesito algo más.
El viento que ya no mece,
látigo contra el cemento que se erige
en las ciudades del hombre
despiadado contra débiles ramas
en los verdes parajes,
voraz contra todo a su paso.
Ya no llueve en tu cuerpo,
son las lagrimas del mundo
que un eterno remolino
despide en su girar y girar.
Aun así, refrescan tu piel desnuda,
algunas queman, otras curan heridas.
Otras,
te llevan hacia aquel pasado
que duele olvidar, que vive,
tu fantasma personal,
viaje de risas, lagrimas,
y el puñal al abrir los ojos al presente.
Sabes, el desierto me enfurece,
la sed, ya no importa,
beberé mi sangre si es necesario
y de ella te alimentare,
he de equivocarme, quizá,
llévate mi aire si es esto, todo lo que hay,
dame la locura, y no saber así,
que esconden tus ojos,
no viajar, no dormir.
Dame el negro espejo,
frente a mi lo llevare,
que la mirada se ahogue allí,
que las flores del jardín no pinten el pesar,
caminare sin mirar,
caminare hacia donde mueren las pisadas,
posare antes el pesado espejo,
en la tierra, búscalo,
algo escribiré para ti.
http://poesiasoscuras.blogspot.com.ar/
Comentarios