Recuérdame
despertar
cuando
olvide la luz del día
te
contare historias de mi sueño
te
diré como es el día,
después
de la muerte.
Deja
mis huesos
yacer
sobre mi carne
deja
lo efímero ahogarse en un colchón.
Ve
solo el aura,
ve
solo los restos.
Quizás,
tus
ojos permanezcan sellados
y
no has de ver esa luz,
blanca,
otras veces obscura
que
las almas pueden emitir,
porque
así,
es
como lo imaginamos,
así
fue,
como
se plasmó en aquel libro.
No
preguntes lo que no quieres saber
deja
que la imaginación
destroce
a la razón
no
vivas cerca de un cadáver
puede
contagiarte
ese
sentimiento de sosiego y paz.
Recuerda
despertarme,
te
daré historias,
te
daré solo indicios,
jamás
la verdad,
no
hay lágrimas hacia donde voy,
han
de quedarse aquí,
en
tu rostro,
o
en ninguno.
Mi
soledad fue mi amante,
la
soledad me trajo aquí,
despedirme
es imposible,
jamás
he avisado de mi venida.
Dejo
este despojo,
y
nada he de llevar,
que
poco he visto
a
pesar de haber recorrido tantos ojos.
Recuerda
despertarme
cuando
llegues al nuevo día
recuerda
que tendré historias,
y
ya no tendré que mentirte,
pues
toda la verdad
estará frente a tus
ojos.
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